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México, D.F., 14 de febrero de 2012 (Quadratín).- Uno de los sistemas de justicia más primitivos de la humanidad está registrado en el antiguo testamento que reseña el cómo se justifica la justicia por propia mano, es decir, la consigna del ojo por ojo, diente por diente.
Por supuesto, cualquier legislador que se respete de serlo dirá que esa práctica corresponde a, cuando menos antes de la era cristiana, cuando los sistemas del Estado y de la sociedad se basaban más en la fuerza que en la razón. Aunque han pasado miles de años de ese método, en México la desesperación del pueblo, ante el abuso cometido por los propios ciudadanos y, en el colmo de los colmos, por la propia autoridad, ha visto como se recurre al linchamiento como la forma para alcanzar justicia.
La Procuraduría de Justicia del Estado de México informó que fueron consignados 20 personas detenidas (6 son mujeres) por el homicidio de tres jóvenes quienes, fueron linchados en la comunidad de San Mateo Huitzilzingo, el viernes pasado, porque supuestamente estaban vinculados a un intento de secuestro.
El procurador mexiquense, Alfredo Castillo Cervantes, confirmó el hecho e informó que otros tres menores ingresaron a un centro de reclusión en la Quinta del Bosque, en Zinacantepec.
La noche del viernes en Chalco, una multitud roció gasolina y prendió fuego a los jóvenes, habitantes de San Juan Tezompa, comunidad vecina a San Mateo Huitzilzingo. Raúl Aboites García, de 16 años de edad, que trabajaba como ayudante de una papelería; José Manuel Mendoza Gil, albañil, de 26 años, Luis Alberto Cárdenas, también de 26, era empleado de la construcción, fueron linchados, acusados de robo y secuestro por los habitantes, quienes se hicieron justicia por mano propia. Muy moderno, por Twitter y después en entrevista, el procurador detalló que ninguna de las tres víctimas linchadas registró antecedentes penales.
San Mateo Huitzilzingo vivió el peor fin de semana de toda su historia hasta el lunes, a 72 horas del homicidio de los jóvenes, que empezó a recuperar la calma cuando los comercios abrieron sus puertas y los estudiantes acudieron a clases.
Sin embargo, nadie va a la plaza pública de San Mateo Huitzilzingo, donde aún se percibe el olor a coraje, impotencia y muerte.
El líder del Partido de la Revolución Democrática, Hugo de la Rosa, dijo que no justifica a los pobladores de Chalco, pero consideró que el hecho es reflejo fiel de la desesperación ante la inseguridad que vive la entidad.
Por su lado, el procurador mexiquense, Alfredo Castillo, informó que no existe hasta ahorita ningún elemento que nos haga presumir o que nos acredite el supuesto intento de secuestro que se quería llevar a cabo, y en este momento la Procuraduría está haciendo las investigaciones para ver si había algún indicio de conocimiento previo entre las partes.
Explicó que, al no existir flagrancia del plagio con que se acusó a los linchados, los resultados de la indagatoria pueden demorar varios días. A lo que agregó, que en este caso, aunque la pena se pueda individualizar, dependiendo su grado de participación, nosotros vamos a actuar en consecuencia sobre los 23.
Lo preocupante es que este linchamiento no es un caso aislado, pues en el 2011 y lo que va de 2012 han ocurrido 62 intentos de linchamiento, de los que tres se consumaron con un saldo de seis muertos.
El secretario de Seguridad Ciudadana, Salvador Neme Sastré señaló que, de ningún modo son tolerables estos hechos pues nadie está facultado para hacerse justicia por propia mano en el Estado de México.
En el 2011 hubo 50 linchamientos, en los que se logró rescatar a la mayoría de las personas de las turbas enardecidas.
Neme Sastré indicó que en los dos primeros meses de 2012 se tiene registro de 11 intentos, incluido el de la noche de viernes en el que tres presuntos secuestradores fueron quemados por la población de Hutzilzingo hasta quitarles la vida.
Últimamente actos de linchamiento se presentaron en Chiautla, Ixtlahuaca, Ixtapaluca, Naucalpan, Toluca, Temoaya, Teotihuacán, Tultitlán y Zinacantepec, en comunidades donde hay un alto nivel de marginación y analfabetismo.
El funcionario estatal explicó que nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona y mucho menos haciendo justicia por propia mano, pues para eso están las instituciones de justicia.
Sin embargo los hechos reflejan la desesperación y el grado de violencia que priva en la sociedad. Si fuera un caso aislado, podría pensarse que la turba perdió la razón, pero la repetición de intentos de linchamiento plantean la urgencia de dar atención a este problema. Lo peor que puede ocurrirle a una sociedad es que sólo se le deje el camino de la justicia por la propia mano.