
Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
Oaxaca, Oax. 29 de noviembre de 2012 (Quadratín).-A pesar de diversos imponderables, la alternancia política en el país ha logrado avances importantes en la última década, consideró el maestro en sociología, Isidoro Yescas Martínez, al participar en el coloquio Oaxaca ante la reconfiguración política nacional.
Explicó que en las entidades de la República Mexicana la llegada de gobernantes de partidos distintos al poder no tiene más de dos décadas; de 1989 a 2009, 19 de las 32 entidades ya habían tenido experiencias de alternancia en al menos una ocasión en el gobierno y congresos locales.
En 2010 se acrecentaron los cambios, cuando por primera vez, históricos enclaves del PRI lograron el poder los partidos de oposición, como Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Citó que de 2001 a 2010 se registraron 13 alternancias en el Poder Ejecutivo, cuando el PAN ya tenía la Presidencia de la República.
En su ponencia titulada Oaxaca 2010, elección y alternancia política, rememoró que el caso de esta entidad, en las elecciones estatales de 2004 hubo varios factores que detonaron la creación de una alianza opositora, como la ruptura en la cúpula del PRI; el grupo de Diódoro Carrasco que tomó distancia de José Murat; la disidencia priista que se agrupó en Convergencia.
Finalmente, una elección de Estado impidió el triunfo de Gabino Cué sobre Ulises Ruiz Ortiz, ponderó.
El actual director general del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, expuso que el proceso de hace dos años, donde también el órgano electoral volvió a ser cuestionado por en su imparcialidad y objetividad, contribuyó a conformar una alianza las reformas electorales de 2008, la división priista que se acentuó, incubada desde 2006; el cambio de Jorge Franco por Eviel Pérez, entre otros.
Finalmente, en el 2004 la suma de tres fuerzas políticas resultó insuficiente para vencer al PRI pues en esa ocasión el nivel de participación ciudadana apenas si superó el 50 por ciento. Ahora, un bloque partidista opositor más amplio y fortalecido, al que se unieron otras fuerzas sociales y políticas locales, sumado a la alta participación ciudadana, se constituyeron en factores claves en la derrota del PRI.