
México y la semana aquimichú
+ Izquierda: un anti homenaje
+ PRD: división y PRI, lastres
Oaxaca, Oax. 10 de enero de 2013 (Quadratín).-Hoy que rinda un homenaje a uno de sus ideólogos más consistentes, Arnoldo Martínez Verdugo, la izquierda mexicana tendrá que entregar malas cuentas en dos de los rubros que impulsó el homenajeado: la unidad y la independencia ideológica.
1.- Martínez Verdugo logró rescatar al Partido Comunista Mexicano del caos en 1963, lo llevó a la legalidad y al Congreso en 1979, lo convirtió en partido de votos y logró la hazaña de la unidad al convertirlo en 1981 en Partido Socialista Unificado de México y en 1987 en Partido Mexicano Socialista. En 1989 el PMS cedió su registro al Partido de la Revolución Democrática.
Pero la izquierda arribará hoy al homenaje a Martínez Verdugo no sólo dividida sino enfrentada entre sí en cuando menos cuatro corrientes: la del PRD, la del Movimiento de Regeneración de López Obrador, la corriente del subcomandante Marcos ahora de regreso a la política militante y los grupúsculos radicales. En este sentido, el PRD y la izquierda llegarán divididos y hasta enfrentados al homenaje a Martínez Verdugo.
2.- En el prólogo del libro Crisis política y alternativa comunista, Martínez Verdugo recuperó la gran hazaña del PCM que comenzó en 1957 una prolongada lucha teórica y política por una posición propia: romper con la ideología de la Revolución Mexicana, cuyo eje consiste en considerar al movimiento revolucionario de 1910-1917 como inagotable y al Estado mexicano ajeno a las clases y sus contradicciones.
Si la izquierda socialista marcó su autonomía ideológica al desembarazarse del lastre de la Revolución Mexicana que la llevó a hacer como candidato a Plutarco Elías Calles en 1924 y a Vicente Lombardo Toledano en 1952 por la percepción de que eran la izquierda de la Revolución Mexicana, hoy el PRD que le rendirá homenaje a Martínez Verdugo es el copado por los priístas-cardenistas de 1988 y los colaboracionistas con el PRI que regresó el año pasado a Palacio Nacional.
De ahí que el homenaje de la izquierda perredista y aliados a Martínez Verdugo no sea en realidad un verdadero reconocimiento a sus propuestas históricas que consolidaron a la izquierda como opción, sino que la reunión de hoy será paradójicamente un mensaje de retroceso: romper con la unidad de la izquierda y mostrar que la izquierda de hoy en el PRD –nacido del registro del PCM– es la priísta-cardenista a la que combatió el hoy homenajeado.
Martínez Verdugo fue el último comunista y socialista mexicano del siglo XX que hoy será erigido por el PRD expriísta-neopopulista-neopriísta como un factor de ruptura con López Obrador, Marcos y los grupos radicales y como un legitimador del colaboracionismo perredista con el proyecto de modernización del PRI de Peña Nieto.
Sin embargo, Martínez Verdugo era otra cosa, un pensador marxista riguroso, dialéctico, como lo mostró en el discurso El socialismo al que aspiramos, que pronunció como candidato presidencial del PSUM en enero de 1982 y recogido en el libro El proyecto socialista. Selección de discursos de la marcha por la democracia. En esas elecciones presidenciales el PSUM como movimiento socialista refrendó su registro legal al obtener una votación de casi un millón de sufragios.
La izquierda que representó Martínez Verdugo fue aplastada por los priístas-cardenistas de la Corriente Democrática que se apoderaron del PRD desde 1989. Martínez Verdugo fue promotor del socialismo democrático, de carácter social, promotor de la socialización del poder político, sustentado en los trabajadores, con objetivos para modificar la estructura de producción y propiciar una justa distribución de la riqueza producida socialmente.
El PRD que le rendirá homenaje hoy a Martínez Verdugo es una mala copia del PRI de la Revolución Mexicana, con los perfiles populistas, pro capitalista y lombardistas –el PRI de izquierda sin modificar estructura de clases– a los que combatió duramente Martínez Verdugo en el PCM y el PSUM. En un texto publicado en agosto de 1976, Martínez Verdugo hizo una diferenciación entre la política de izquierda y la política revolucionaria en el escenario de la Revolución Mexicana. Este modelo de análisis, riguroso, estará ausente en el homenaje que el PRD aliado al PRI rendirá al Martínez Verdugo que alejó al PCM del PRI.
La izquierda tiene dos escenarios de acción: la política ideología y la política revolucionaria. Martínez Verdugo reconoció que Lázaro Cárdenas encabezó un gobierno de izquierda y realizó reformas de izquierda, pero se detuvo en el punto que separa la reforma de la revolución. Para que la política de izquierda sea transformada en política revolucionaria hacía falta proceder a la ruptura del sistema, a la construcción de un régimen económico-social distinto, que ya entonces no era otro que el socialismo.
El PRD que hoy le rendirá homenaje a Martínez Verdugo es un partido espejo del PRI, el viejo y el nuevo, ahora aliado al PRI en un acuerdo de colaboracionismo de agendas legislativas ajenas a las reformas de la izquierda y apenas ajustada a una política social neopopulista que hermana al PRD con el PRI; ese Pacto se convirtió en un obstáculo para la independencia política e ideológica de la izquierda, aunque habría que señalar que la izquierda socialista que vino del PCM-PSUM-PMS se consolidó como izquierda priísta en el PRD.
Lo paradójico es que el PRD priísta y neopopulista acude al rescate del PRI neoliberal que regresó a Palacio Nacional pero abandonando las ideas de izquierda socialista que Martínez Verdugo consolidó en el PCM-PSUM-PMS de 1963 a 1989. Al final, estos elementos estarán fuera del homenaje a Martínez Verdugo porque el PRD sólo buscará aislar a López Obrador, Marcos y los grupos radicales para consolidar la fractura de la izquierda que beneficia al PRI y al PAN.
Lo grave del asunto es que hoy el PRD quiera convertir al comunista-socialista Martínez Verdugo en la figura de ruptura de la izquierda y de consenso del PRD aliado al PAN y al PRI.
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