
Denuncia Ucizoni impedimento para enterrar a sus 3 muertos por ataque
A quien corresponda
Oaxaca, Oax. 21 de septiembre de 2012.-La noche del 19 de septiembre pasado en nuestra ciudad de Juchitán, fue asesinado Paúl Sales Nieves. ¿Cuál fue su pecado? administrar, junto con su hermana Monserrat, un pequeño restaurant con el cual comenzaban a gozar de cierto éxito.
Este hecho confirma una vez más que en esta ciudad, no hay cosa más peligrosa que tener éxito con el esfuerzo y el trabajo honrado, pues esto lleva a un sólo desenlace: Nos convierte en blanco y víctimas de la delincuencia, ya sea a través de la extorsión, o del asalto y el asesinato.
Sobrevivimos entre la delincuencia común, la delincuencia organizada y la delincuencia oficial (vía funcionarios corruptos). Y digo sobrevivimos, porque no se puede llamar de otra manera al vivir en el miedo, la angustia, la zozobra; al vivir con emociones de impotencia e indefensión; porque el intentar vivir dentro de los márgenes de la ley, nos convierte en perseguidos y acosados; porque tenemos que vivir entre barrotes en nuestras casas y negocios, mientras los que violentan las leyes y amenazan, caminan tranquilos por las calles y se apoderan de los espacios públicos.
Paúl, fue la más reciente víctima de una larga lista de gente honesta y trabajadora que ha sido extorsionada, secuestrada o asesinada en los últimos 5 a 6 años. Pero, me pregunto: ¿será la última? ¿Cuántos secuestros más, cuántas extorsiones más, cuántos muertos más se necesitan para que los ciudadanos, la sociedad hagamos algo? Y me refiero a la sociedad, porque está visto que aquellos que se ostentan como autoridades no pueden ser reconocidas como tales, pues no sienten el compromiso ni tienen la voluntad de servicio que sus cargos les confieren.
Paúl fue asaltado y asesinado alrededor de las 11 de la noche -un poco antes de cerrar- mientras se fumaba un cigarro después de un largo día de trabajo. ¿Mala fortuna, o concatenación de omisiones, negligencia, corrupción y complicidades? La bala que atravesó su femoral fue disparada con un arma de las que hay miles en el mercado negro y el tipo que la disparó, lo hizo a sabiendas de la impunidad y la corrupción que impera en el supuesto sistema de justicia.
¿Pero hasta allí llega la hebra? ¿No habrá más si le seguimos jalando? Qué hay con aquellos que han hecho del chantaje y la violencia un recurso para enriquecerse y dirimir problemas; y con los que despojan de sus tierras a legítimos propietarios; y con los que secuestran a una ciudad entera cerrando los accesos e impidiendo el tránsito vehicular; y con los que se apropian de los espacios públicos y privatizan las calles del centro creando zonas exclusivas; y con el transporte público que ha crecido sin control ni normatividad y se han vuelto otro problema y amenaza. Y qué hay con las autoridades federal, estatal y municipal que permiten todo eso y más, ¿no son también corresponsables?
Sí, Paúl, eso y más están detrás de tu muerte:
También los que compran votos y se burlan de la democracia y de la gente, pues violentan nuestra incipiente democracia y crean desesperanza. Y las autoridades electorales que lo permiten y hacen más profunda la frustración. Y los diputados y senadores que no hacen lo que les corresponde. Y la clase política en general, Paúl. Y la oligarquía mexicana que no tiene llenadero. Y hay más, Paúl, hay más.
Como ves, Paúl, una mano jaló del gatillo, pero hay muchas cabezas detrás de ella. Hay muchos que son corresponsables. Quizá también nosotros, que como sociedad no hemos hecho lo suficiente para impedir que esto suceda.
No me queda más, Paúl, que decirte adiós con una mezcla de rabia, dolor e impotencia, y pedir perdón, por lo que a mí corresponde, a ti y a todos aquellos que también han sido víctimas de este imperio de caos y violencia.
Y usted señor Daniel Pilatos Gurrión ¿En esta ocasión, también se va a lavar las manos?
Gustavo López.