La continuidad en manos de Claudia
Celestino Robles (Colaboración)
Oaxaca, Oax., 02 de septiembre de 2011 (Quadratín).- Ya es parte de la cultura de los mexicanos estar al pendiente de lo que pueda ocurrir en determinado lugar y hora debido a la delincuencia organizada, el asombro sale sobrando ya a estas alturas, solo coraje, resentimiento, indignación, a veces mal encaminadas todas estas emociones, porque a final de cuentas, tan solo se queda en echarle la culpa a alguien. Podrían estas injurias caer en el presidente de la República Felipe Calderón, pero mientras, las pérdidas jamás se repondrán.
Haciendo un breve recuento de lo que ha sucedo tan solo en una semana, afirmamos que nuestro país está a punto de colapsarse, a punto de convertirse en un sitio de guerra en el que tienen que pagar los más inocentes, los que tan solo viven; de su empleo a su casa; de la escuela al trabajo. Pagan quienes menos tienen la culpa de tener al país en estas condiciones.
Tan solo lo ocurrido en el partido de futbol en Torreón, aquella balacera que puso en difícil situación a miles de personas que asistieron a presenciar un encuentro deportivo, culminó en llantos, en crisis nerviosa, nadie está acostumbrado a que en el lugar donde seguramente piensas que pasarás un feliz día en familia, de repente lluevan ráfagas de plomo, no quedando otro remedio más que ocultarse donde sea. Ese es el México que estamos viviendo.
No pasaron muchos días cuando nos enteramos de que al periodista Humberto Millan Salazar quien había sido secuestrado, hasta donde se sabe, por gente armada, se le pudo encontrar, pero sin vida, ultimado a balazos, y fue abandonado en inmediaciones de una granja en Morelia. El periodista seguramente pagó con su vida alguna molestia de quienes lo asesinaron, o su labor incomodaba a la delincuencia organizada. Todo el que estorba, hay que aniquilarlo, es la misión.
Ya nadie se salva, no pagar la cuota seguramente costó el incendio del Casino Royale en Monterrey, en estos tiempos hay que cerciorarse de quienes si están protegidos por la delincuencia organizada para asistir tranquilamente, de lo contrario hay riesgo de perder la vida, como los 52 calcinados en el casino de aquel estado del norte. ¡Pero vamos ganando la guerra!
Si de por sí, ante los ojos del mundo, México se sitúa como un peligro para los visitantes, estos acontecimientos lo ponen en la punta del riesgo para todo aquel que quiera visitar el país, no creo que alguien quiera ser parte de esta oleada que se vive, ahora estas expuesto a ser baleado, levantado, o extorsionado en cualquier momento y a cualquier hora. Ejemplo claro el autobús escolar que recibió siete impactos de bala en Huixquilucan. Nadie sabe, nadie supo. Todo volvió a la calma, total, no hubo muertos.
Lamentablemente son todos los sectores los que están expuestos en esta guerra que se inició con la llegada de Felipe Calderón, apenas nos enteramos del cruel asesinato de dos mujeres que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal informó que se trataban de dos periodistas, homicidio que seguramente quedará impune, como muchos que se han cometido últimamente. Todo se confunde, no hay para donde hacerse, casi todo el territorio mexicano está plagado de enfrentamientos llenos de belicosidad. Hay que irse acostumbrando, lo peor parece apenas venir.
Los resultados, los canta Felipe Calderón a cada rato Estamos luchando contra las bandas delictivas-, y hasta ostenta estar saboreando el triunfo, cuando, sin embargo al parecer, bandas delictivas, cárteles, mafias, y demás, tienen el control de casi todo el país, si Calderón no lo ve así, que mal está.
Mientras, las secuelas de sangre y violencia siguen marcando este México lleno de corrupción y pobreza.
Foto:Archivo