
Tareas de Claudia sin AMLO: economía y Casa Blanca
Oaxaca, Oax. 28 de diciembre de 2012 (Quadratín).-Existen momentos en que caen al cuerpo realidades como una desgracia, algo irreparable donde la mano del hombre poco puede hacer: una de esas realidades es el frío.
Una madrugada te despierta el frío. Entra por los pies y sube a las mejillas; se anida en la palma de las manos.
Quienes padecen más la temporada de frío son los más débiles: viejos y niños. Habrá que reforzar su sistema inmunológico, sus defensas.
Hacer causa común contra gripes y catarros, acercarnos a frutas y verduras que contengan vitamina c.
Buscar más alimentarse con pescados y mariscos, con bebidas naturales hechas en casa. Por ahí acecha otro gran mal: la artritis reumatoide que en este tiempo de frío se siente insoportable para quien la padece.
Los seres humanos somos tan necios que siempre nos toma desprevenidos la temporada de frío. Hasta cuando el cuerpo dice que ya no puede más, mandamos a reparar la ventana, la puerta, a remendar muros. Y a comprar ropa de invierto.
Los abrigos y cobertores vuelven a ser nuestra realidad, pero ahora a precios exorbitantes, que dan miedo.
Pero esta carestía que pagamos no es más que el resultado de la falta de previsión, se tienen que cambiar modos y usos de comprar: comprar ropa de verano en invierno y de invierno en verano. Así adquiriremos prendas a precios de remate.
Ah, y con este tiempo aparecen las damas voluntarias, las gallinas encopetadas, copetonas, diría una amiga que conozco, las mujeres del gobierno y la iniciativa privada que ven en la beneficencia pública la forma perfecta de exhibir sus riquezas.