Elección de Estado
Oaxaca, Oax. 26 de junio de 2013 (Quadratín).- Un mínimo de buen gusto es lo que se pide a los candidatos en campaña. Y a la institución que promueve la jornada electoral del primer domingo de julio. El elector no entiende bien a bien si por estos días se difunde en la propaganda donas dietéticas o puestos de elección popular. Por un lado camina la narrativa de los candidatos que hacen campañas llamadas horizontales, de a pie, calle por calle. Y por otra marcha la campaña con la que el Instituto Electoral trata de motivar la participación ciudadana el día de la jornada. Ambas campañas debieran coincidir en una realidad, el proceso electoral del 7 de julio. Pero las dos campañas no coinciden, se anulan. Hablan de hechos distintos. Todos hacen uso de la propaganda con un pésimo gusto. Operan con el mismo discurso del siglo pasado, la misma cantaleta. Los candidatos ofrecen remediar el mundo cotidiano. El Instituto asegura imparcialidad el día de los comicios. Las dos campañas no levantan. Y ya pasó la lluvia con su noche de San Juan. Y ya pronto termina junio. Y los políticos siguen confundiendo la jaula con el lobo y al lobo con un canario. Sí, un mínimo de buen gusto, ya. Porque ya se escuchan ladridos de perros ansiosos, libertarios. Y maullidos de gatos fieros y rebeldes y con buen gusto.
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