Utopías
Oaxaca, Oax. 15 de julio de 2013 (Quadratín).- No existe nada peor en el mundo para una honorable ama de casa que ver volar alrededor de su hijo una mosca, en la hora de la comida. Antes, cuando preparan los alimentos, soportan con resignación al negro bicho alado, porque saben que nadie las está mirando. La mosca se puede posar sobre la carne que se marina antes del guiso, sobre las verduras o las frutas que están por lavar. Después, se equivoca de punta a punta la mosca si intenta traspasar la puerta que separa la cocina del comedor. La honorable ama de casa será su más fuerte enemiga. El territorio de la mosca es la cocina, el lavadero y ese espacio neutro entre secadero de ropa, depósito de basura o espacio para que la muchacha que ayuda con en la casa se saque los mocos sin que nadie la vea, el patio de servicio. La mosca es una perseguida política, la dejan estar cuando a otros les conviene y la aniquilan para quedar bien con algún determinado sector de nuestra sociedad, nuestra familia.
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