
Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
Oaxaca, Oax. 28 de agosto de 2013 (Quadratín).- Silvestre el felino, silvestre mi amigo. Ciro. Mala hora para el gato que cumple con su destino. Estar ausente. Ya lo dicen todos, cuando el gato no está los ratones hacen fiesta. Los dioses escribieron en la luz la suerte del felino en esta tierra, ser gato. Y en su ausencia, ese ya no ser más gato, los ratones bailan mambo. Así los tiempos opositores. El ánimo de revelarse a su suerte lo lleva a dejar de ser gato, autoridad y patrimonio, lo convierte en pajarito, nada. Cuando la gata observa sin sorprenderse la trasmutación de su gato lo prende a zarpazo limpio. Vuela libre el filo de la garra por el aire del tejado. Y el acero del tiempo detenido, fijo y duro, navaja afilada que vuela, hiende la carne. Y el gato entiende, vuelve a su condición de siempre, minino. Felino domestico, mi amigo. Simple velador que patrulla de la ventana al patio, del ciruelo a la azotea. Silvestre el felino. Ex guerrillero de la noche brava que regresa resignado al nido de su gata. Y cuelga del morillo su deseo de ya no ser más gato. Y lo arrumba como sueño de adolescente. Apenas pajarito. Silvestre.
Foto: Archivo