
Reforma de maíz transgénico: ¿camino a soberanía alimentaria de México?
Oaxaca, Oax. 31 de enero de 2013 (Quadratín).- Loma del puerto. Casa del colgado, nido de perros sin dueño. Casa del Ahorcado. Las veredas suben a este sitio desde la misma arena podrida del antepuerto. La huella que deja en la arena vestida de negro y oro el pescador de la red de cerco, a panga y remo, descansa en esta loma de Cuatro Vientos. Viento eterno entre el cerro y el cerro y el mar. El bote a remo, tenue línea de flotación entre el mar negro y la madrugada. Abuelos acompañados por niños que juegan a ser adultos, que intentan romper los grilletes del sueño en las horas de la madrugada con narraciones de historias del pasado y del futuro. Redes sin sueño. Hilos que en la salinidad nocturna resplandecen más allá de la brasa del cigarro. Diminuta luz sobre escamas y ojos de peces que titilan en la oscuridad, como luceros. Desde la loma del puerto se observa el cabeceo de los barcos mercantes, fondeados en el antepuerto mientras un hombre, casi un niño, teje hamacas con hilo de seda sin teñir sobre bastidores de tablas miserables mientras bebe sorbo a sorbo su cerveza tibia mejorada con botana de galleta de animalito.
Dos
Las flores de azahar del limonero brillan bajo la luz de la luna. Esta noche la quietud de los azahares en el jardín semeja el tranquilo descanso de un libro sobre la mesa de trabajo en la biblioteca. O el sueño plácido de una mujer enamorada. La luna pasa por el jardín, bendice al pozo. Fuera de esta propiedad la maldad gobierna el mundo. El pecio duerme en el jardín. Tiene forma de mujer o de serpiente. La luz de la luna, el sonido del agua que asciende hasta el brocal del pozo hacen que este sobreviviente de naufragio vuelva a ser navío en altamar, amplio espacio de capitanes. El pecio aquí, en mi jardín, cercado por una tortuga, un rosal y la buganvilia de dos colores. El sol anticipa la primavera. Días de marzo. En las montañas reverdecen los matorrales. El corazón se enciende, en parques y jardines de nuestra ciudad los enamorados se besan. La flor de mayo ilustra los jardines. Sol de primavera. Días de marzo. Estrella fugaz amanecer de redes el mar en calma.
Tres
El agua del pozo refleja el paso de la luna. Gota a gota el agua rebasa el brocal. Una brisa fresca enmarca el sueño de los amantes. Flores y estrellas. Antes de marcharse la luna bendice al pozo, quien llora su partida derramando gruesas gotas de agua. Un viento ligero agita mis cabellos. El sol deja un tiradero de espejos rotos que esplenden como cristales que llaman con ansiedad a la mala suerte. Mi vida transcurre entre palabras, pero no alcanzo a escuchar lo que dice el viento a mis oídos, el sol a mi sombra, la calle a mis ojos. Vuelvo a buscar las letras para tocar tu nombre. Al sentir la hoja de papel bajo mis dedos se realiza la magia, apareces: tu cuerpo desnudo, tus manos. Mantengo tu fotografía en el bolsillo para mantener a raya al desamparo. Incienso en el mechero que me comunica con tus imágenes. Las palabras que salen de mis manos te traen a esta tierra que se abre al pie del monte sagrado. La palabra, mi palabra que te nombra y te anhela. Pompa de jabón universo en mis manos viento temprano.