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MÉXICO, DF., 10 de febrero de 2014 (Quadratín).- La enfermedad de Chagas es uno de los padecimientos infecciosos que más vidas ha cobrado.
Ocasiona grandes pérdidas en la capacidad laboral de las personas afectadas, indicó Carlos Napoleón Ibarra Cerdeña, egresado del doctorado en Ciencias Biomédicas de la UNAM.
En un boletín de prensa detalla su investigación “Patrones de nicho climático y biótico en los triatominos en Norteamérica”, el universitario, que recibió el premio Lola e Igo Flisser-PUIS para el fomento de la investigación en Parasitología en su vigésima sexta edición, coincidió con su tutora, la parasitóloga Janine Ramsey, en que la enfermedad de Chagas es más costosa y compleja que el VIH respecto a los efectos crónicos que presentan las personas que son diagnosticadas tardíamente, pues implica un tratamiento caro por el poco acceso a los fármacos.
Asimismo, explicó que al estudiar los patrones ecológicos de la enfermedad se percató de la necesidad de mayor información, que pudo obtenerse de los recursos informáticos con que cuentan diversos institutos.
Esos datos permitieron generar una serie de descripciones detalladas de la diversidad y distribución del riesgo epidemiológico de este padecimiento en el continente. Ibarra Cerdeña se enfocó a Norteamérica.
Con ello, detectó que los vectores de la enfermedad (chinches) se dispersan en todo el territorio nacional y son capaces de vivir en gran cantidad de ecosistemas y climas, lo que dificulta la comprensión de sus interacciones, algo que permitiría establecer programas de control.
“Uno de los primeros objetivos fue encontrar los mecanismos por los que estos insectos pueden tener una gama importante de uso de los ecosistemas. Empezamos con un análisis evolutivo a través de las bases de datos”, indicó.
Bajo la tutoría de Víctor Sánchez-Cordero Dávila, director del Instituto de Biología (IB), Enrique Martínez Meyer, investigador del IB y de Janine Ramsey, del Instituto Nacional de Salud Pública de la Secretaría de Salud, se generó un modelo probabilístico de interacciones, con el que fue factible encontrar las asociaciones entre una chinche y los mamíferos con los que potencialmente interactúa, entre ellos, el tlacuache, ratas de campo y tejones, que a su vez están asociados a los campesinos, cultivos y ganado.
“Con este análisis se descubrió que los cambios ambientales previstos a futuro ponen en mayor riesgo a las personas, pues los insectos se asocian con especies que se mueven, entre ellas las comunidades humanas que invaden el ambiente natural de transmisión del parásito», explicó el también investigador del Departamento de Ecología Humana del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional unidad Mérida.
Los resultados obtenidos podrán contribuir a generar modelos de riesgo epidemiológico más realistas que los basados puramente en información epidemiológica, además de que puede inferirse el efecto potencial de las modificaciones del clima en los cambios de los rangos de distribución de triatominos, es decir, insectos hematófagos con importancia médica, pues son vectores de Trypanosoma cruzi, parásito causante de la enfermedad de Chagas.
Ibarra Cerdeña ha publicado ocho artículos en revistas con arbitraje estricto en revistas indexadas en ISI, entre los cuales, cuatro fueron derivados de su trabajo de tesis premiado.
Chagas, enfermedad parasitaria olvidada
En su oportunidad, Janine Ramsey consideró que la investigación galardonada tiene mucho significado, porque Chagas es una enfermedad parasitaria olvidada. “México es la última nación en Latinoamérica en enfrentar esta parasitosis, causante de entre cinco y seis por ciento de las muertes anuales en el país”, detectados principalmente en comunidades rurales.
En tanto, Manuel Flisser, en representación de la familia que colabora en el patrocinio de esta distinción, comentó que entre las metas fijadas con el PUIS al instituir y sostener anualmente este premio –destinado a reconocer a la tesis doctoral más sobresaliente en el área de la parasitología–, figura la de contribuir en forma parcial para que los jóvenes investigadores parasitólogos realicen sus proyectos de investigación de alto nivel y de impacto en la atención de esta problemática de salud.
A su vez, el coordinador de la Investigación Científica, Carlos Arámburo de la Hoz, agradeció la generosidad de la familia Flisser por contribuir en el impulso a la investigación, durante más de un cuarto de siglo.
En la Sala de Consejo Técnico de la coordinación a su cargo, reconoció el esfuerzo de los tutores para conducir este trabajo de investigación.
Por su parte, el titular del PUIS, Joaquín López Bárcena, señaló que en esta ocasión participaron 13 trabajos de investigación doctoral de la UNAM, del Instituto Politécnico Nacional y del interior de la República.