
Anatomía secreta de la inteligencia emocional
Oaxaca, Oax. 02 de febrero de 2013 (Quadratín).- Existen tres teorías que es necesario conocer para la debida comprensión y para lograr, con eficacia, el arte de gobierno. Nos referimos a las teorías de la Razón de Estado, al Espejo de Príncipes y a la llamada Ciencia de la Policía.
La Razón de Estado es una tecnología de gobierno, con un conocimiento pleno del lugar, naturaleza y circunstancias concretas para la acción política, así como del conocimiento de los medios necesarios para la conservación, mantenimiento y desarrollo del Estado. La Razón de Estado busca siempre agregar la eficacia necesaria a las tareas de gobierno y se potencia en los momentos más apremiantes de los regímenes políticos. La Razón de Estado apela al interés público, al interés colectivo, al interés de la sociedad por encima de los intereses privados e individuales.
El saber político que implica la Razón de Estado busca su modo de empleo que garantice una acción efectiva de gobierno. Toda acción política por Razón de Estado requiere de la reserva necesaria que puede llegar hasta la secrecía, tanto del gobernante como del propio Estado la Razón de Estado no es sólo la puesta en acción de las fuerzas estatales, sino tecnología que sustentada en la salvaguarda de los intereses primordiales del Estado, plasma en la realidad del poder los fundamentos que le conciernen para ejercer la dominación política (Uvalle Berrones, Ricardo. La Teoría de la Razón de Estado y la Administración Pública. Editorial, Plaza y Valdés, México, 1992. p, 28). La Razón de Estado implica del paso del gobierno territorial, propio de la época medieval, al dominio de los hombres en cuanto pertenecientes a clases y grupos sociales. La Razón de Estado implica también el imperio del poder estatal por sobre los poderes no estatales. Como tecnología de poder, la Razón de Estado busca siempre incrementar el poder estatal a través de la creación de las condiciones políticas para su propia acción. Se entiende que siempre habrá disputa por el poder, la Razón de Estado asegura que ningún poder pueda disputar al Estado el monopolio del mismo, por ello, es obligación de todo gobernante asegurar la manutención de la fuerza del Estado.
Si la Razón de Estado implica nutrir las fuerzas del Estado, el Espejo de Príncipes es una pedagogía política que busca enseñar a los gobernantes a tener la capacidad necesaria para el buen manejo del Estado a través del conocimiento de experiencias de antiguos gobernantes y de la reflexión de los filósofos del poder. Las cualidades, personalidad, capacidad, habilidad, astucia, prudencia, disimulo, engaño y apariencia de los gobernantes son enseñados a través de los Espejos. Todo gobernante deberá de conocer y saber como mínimo: la ciencia del gobierno; la filosofía política; ética y moral y por último la ciencia de la economía; así lo recomendaba Kautilya en su libro Arthasastra escrito en el siglo IV antes de Cristo.
El mejor Espejo es, desde luego, el Príncipe de Maquiavelo; este importante libro, como ejemplo, en materia de ánimo de humanidad o severidad recomendaba: Jenofonte, entre otros, insiste mucho en demostrar los honores, las victorias y la buena fama que produjeron a Ciro ser humano y afable, y no dar ejemplo alguno de soberbia, ni de crueldad, ni de lujuria, ni de vicio alguno de los que manchan la vida de los hombres; sin embargo, como Aníbal, observando una conducta opuesta a la de Ciro, alcanzó gran fama y grandes victorias (Maquiavelo. D. L. III. 1972. p. 262).
La Ciencia de la Policía implica la fuerza del cambio, la necesidad de desarrollar a las sociedades a través de los recursos administrativos, buscando siempre la felicidad humana. Otorgar servicios en forma eficiente, justa y equitativa es motivo de la Policía. Esta ciencia es el antecedente más inmediato de la ciencia de la Administración Pública. Una eficiente Policía repercutirá siempre en la nutrición de las fuerzas del Estado. Una sociedad que alcanza mejores niveles de vida, será una sociedad que respaldará siempre a su Estado.
Las tres teorías de referencia, en resumen, se refieren a: la Razón de Estado al mantenimiento y desarrollo del propio Estado; el Espejo de Príncipes a la educación y adiestramiento del gobernante y la Ciencia de la Policía al desarrollo de la sociedad y a la búsqueda de la felicidad de los hombres. Es menester recalcar que estas teorías enseñan una serie de principios, valores y dispositivos que todo gobernante responsable no puede ni debe desconocer:
a).- La Razón de Estado debe ser un dispositivo cotidiano para lograr eficacia de gobierno y no incurrir a la toma de decisiones extraordinarias que implican altos costos políticos; b).- Es obligación del gobernante, en su cotidiana acción política, no debilitar las fuerzas del Estado; c).- La Razón de Estado debe buscar favorecer la cooperación clasista y evitar el estallamiento de los conflictos; c).- La Razón de Estado debe ser utilizada como tecnología más eficiente para imponer la gobernabilidad; d).- La Razón de Estado no debe ser sólo un dispositivo de gobierno, sino también un conocimiento detallado de la realidad social, política y económica del territorio dominado; e).- La Razón de Estado puede implicar la supresión del derecho común en aras del derecho superior de la colectividad o de la nación; f) El límite de la Razón de Estado es la preservación de la seguridad y de la paz de la población.
En conclusión, gobernar por Razón de Estado es la imposición de la fuerza del poder a los poderes no estatales y la creación o establecimiento de las condiciones óptimas para el ejercicio efectivo del poder político.