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Oaxaca, Oax., 4 de septiembre de 2011 (Quadratín).- En ésta primera semana de septiembre se cumplen nueve meses del inicio del gobierno de la alianza electoral, surgida entre los Partidos de Acción Nacional, de la Revolución Democrática, del Trabajo y de Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano; se puede aunar también al Partido Nueva Alianza. Así como en la vida hay dos procesos, el natural y el cultural, así también en la vida de los regímenes políticos puede haber un proceso natural y otro proceso cultural. Si nos atenemos al proceso natural, a los nueve meses, debe de nacer un nuevo régimen, pues los nueve meses son suficientes para la conformación de un nuevo ser político tal como sucede con los seres humanos.
¿Qué tipo de ser político ha nacido al cumplirse los nueve meses en el ejercicio del poder público por parte de los aliancistas?. Primero, debemos de mencionar los aspectos positivos del ser recién nacido. Lo primero que observamos es que en el actual régimen político hay mayor pluralidad respecto a la nueva clase política, pues, al conformarse mediante diversas corrientes ideológicas, de alguna manera, hay una serie de manifestaciones que lo hacen más rico en pluralidad. Así se observan que dentro de esa clase política hay algunas voces que manifiestan su inconformidad en relación a la marcha de la nueva administración, éstas voces gozan también de autonomía de criterio, entre los cuales se pueden mencionar a los diputados Flavio Sosa, Margarita García y
Francisco Martínez Neri. Cabe destacar también la independencia de criterio de Adelfo Regino, Secretario de Asuntos Indígenas. También observamos mayor pluralidad en los medios de comunicación social, así como la democratización en el seno del principal partido de oposición, esto es, el PRI. En este partido, han surgido voces de disidencia que en otros tiempos no nos hubiéramos imaginado.
También hay mayor atención de los ciudadanos respecto al desempeño del gobierno, en virtud de la enorme esperanza que despertó el triunfo de las oposiciones en el Estado, éstas atenciones, de alguna manera, enriquecen nuestra cultura política y originan que el gobierno deberá de estar más atento para la evaluación de su desempeño, así también, las organizaciones sociales exigen mucho más al gobierno aliancista al considerar que tiene la obligación moral de apoyar más a los ciudadanos organizados que apoyaron con su voto a la coalición opositora. Se observa también, el esfuerzo del gobierno por lograr un mayor acercamiento con los ciudadanos oaxaqueños residentes en el extranjero. Asimismo, se puede considerar que es un gobierno sensible a la opinión pública y capaz de rectificar el rumbo y mejorar su desempeño, tal como sucedió con el cambio de la Secretaria General de Gobierno.
Sin duda alguna, los aspectos negativos sobrepasan sobre los aspectos positivos del nuevo ser político, éste nuevo ser, por más que se le busque, no tiene una naturaleza democrática, si no por el contrario, ha venido a reforzar los rasgos autoritarios del antiguo régimen, incluso en su promocional UN GOBIERNO PARA TODOS lleva un carácter profundamente coaccionador porque en última instancia, gobierno significa el ejercicio de la autoridad. La casi desaparición de la sociedad civil, que de alguna manera limita el ejercicio autoritario del poder político, hace que el ciudadano esté inerme ante el ejercicio del poder público. Sin sociedad civil el ciudadano oaxaqueño siente en carne propia la presencia del gobierno en su sentido negativo.
La pregunta sería ¿dónde están las organizaciones de la sociedad civil que luchaban por los pobres, por las mujeres, por los desvalidos, por los marginados, por los ancianos, por los niños y por los bosques?, bueno, sencillamente están ocupando un cargo en el gobierno, por tanto, dejan de ser sociedad civil para convertirse en sociedad política. Ésta situación es muy grave para la seguridad jurídica de los ciudadanos oaxaqueños.
La cara más visible de éste autoritarismo se asoma cuando a un ex -servidor público, que supuestamente es responsable por el mal manejo de los recursos públicos, se le determine la cantidad de novecientos millones de pesos como fianza para tener la posibilidad de llevar su proceso en libertad. O también, los rasgos más prominentes de éste autoritarismo se expresan a través de las campañas mediáticas para avasallar a los ciudadanos funcionaros del régimen anterior, sin tener las mínimas consideraciones sobre sus derechos más elementales de defensa, o también el uso de los recursos públicos para la compra de conciencias o amedrentamiento a las organizaciones o a ciudadanos que pretendan disentir de la política gubernamental.
Es de suma importancia también categorizar al nuevo autoritarismo, no sólo mediante el ejercicio vertical del poder, sino también, en el ejercicio horizontal del mismo, así aparece como un régimen altamente faccioso, esto es, los funcionaros actúan como si fueran una pandilla o un grupo imbuido por ideas sectarias, esto es, llevan hasta el extremo su sectarismo al tener como forma de actuación política el principio si no estás conmigo, estás contra mí. No hay asomo de tolerancia en este régimen político, esto se demuestra con el despido masivo, de las oficinas de gobierno, a cientos de militantes del Partido Revolucionario Institucional.
¿Qué nació pues, a los nueve meses? Creo que la respuesta debe ser muy obvia: nació un ser político que acentuó los rasgos autoritarios del antiguo régimen, o dicho de acuerdo a la voz popular es el mismo gobierno de antes, con nuevos actores pero mucho más peores que los anteriores o si se quiere dicho en forma más elegante, en términos de filosofía política, hay un gatopardismo: que quiere decir, que todo cambie para que las cosas sigan igual.