
Juzgar sí es gran ciencia
Oaxaca, Oax., 11 de dicembre 2011 (Quadratìn).- Hemos afirmado que las elecciones son fundamentalmente un problema técnico. A continuación damos algunos ejemplos para demostrar nuestra aseveración. Es evidente que todo nuestro sistema electoral se basa en el uso del papel por lo que necesitamos ubicar casillas o juntas receptoras de los votos de los ciudadanos por medio de papeletas, como es imposible que en cada hogar pudiésemos ubicar una casilla, por el cual se podría aumentar la votación de los ciudadanos, tenemos que conformarnos con determinar un criterio para la ubicación de las casillas, lo ideal entonces sería ubicar una casilla en cada casa, pero como es imposible no podemos realizar esta operación. Otra cosa sería si pudiésemos instalar el voto electrónico, que permitiría que desde una computadora o un celular usted pudiese votar tranquilamente y que el resultado de la votación sería casi al instante.
Se podrían argumentar que en muchas comunidades el voto electrónico sería imposible, sin embargo, sería un bonito pretexto para que el internet fuese un derecho de todos los ciudadanos de la República. Para facilitar la votación del ciudadano y tratar de resolver el problema técnico de aquellos que están lejos de las casillas o los que están en tránsito de un lugar a otro, se crearon las casillas extraordinarias y las casillas especiales.
Otro aspecto más de la técnica electoral consiste en que el número de partidos lo determina un simple porcentaje, que en la jerga electoral se le conoce como umbral. Si la ley eleva el umbral, por decir el 4% para obtener el registro en una elección, seguramente muchos de los pequeños partidos políticos no podrían existir, pero como se exige solamente el 2% permite la existencia de un mayor número de partidos. Antes en nuestro país bastaban 100 ciudadanos para hacer un partido, imagínese usted amable lector, como los partidos son un negocio tendríamos miles de partidos. Entonces el umbral y las condiciones para el registro de los partidos nos determinan nuestro sistema.
Otro ejemplo de técnica electoral se refiere al registro ciudadano, que en México se expresa en dos categorías que son: el padrón electoral y el listado nominal de electores. Un simple número entre 21 o 18 determina la cantidad del padrón, por ejemplo, antes en nuestro país se era ciudadano a partir de los 21 años y fue el Presidente Echeverría quien promulgó la ciudadanía a los 18 años, 3 años significaron el aumento de buen número de personas que pudieron votar.
Pero piense usted amable lector que en lugar de 18 le ponemos 16, aumentaría considerablemente el número de ciudadanos a votar, creemos que no hay ni una diferencia entre un joven o una joven de 16 que uno de 18. ¿Que acaso un muchacho de 16, 17 años no merece ser considerado en la formación del poder político en nuestro país?. La credencial para votar que se ha venido perfeccionando para evitar su falsificación, fue una larga lucha para que tuviera candados de seguridad como son la fotografía, la huella digital, etc. ¿Cómo no recordar la famosa credencial naranja que nos costó a los mexicanos gran cantidad de millones de pesos o que en estos momentos ya necesitamos renovar totalmente el padrón porque ya tiene muchas inconsistencias que no permiten claridad y certeza en las elecciones?.
Otro problema técnico es el control de los dineros en las elecciones, a mayor control de estos recursos monetarios permite mayor salud de los procesos electorales. Es evidente que no es lo mismo la preponderancia del financiamiento público sobre el financiamiento privado o de éste sobre el primero. El financiamiento público a los partidos políticos vino aumentar la competitividad de los partidos lo que nos permitió que hoy vivamos en la alternancia electoral. Sin la vigilancia y el financiamiento público hacia los partidos, seguramente nuestra competencia electoral estaría en condiciones que no garantizarían la lucha democrática.
Una técnica más en materia electoral, es lo que se refiere de cómo se transforman los votos en escaños en la Cámara de Diputados. En el sistema de mayoría relativa el que gana lo gana todo y el que pierde lo pierde todo, en cambio, en el sistema de representación proporcional, casi todos los partidos políticos pueden tener acceso a la Cámara. O el sistema mixto como en México que el 60% es de mayoría relativa y el 40% de representación proporcional en la integración de la Cámara de Diputados.
Valgan los ejemplos anteriores para demostrar cómo una disposición técnica modifica el entramado electoral, y debemos de decir, que estas técnicas han sido producto de muchos años de acuerdos y desavenencias entre los políticos mexicanos. El exceso de normar y establecer disposiciones en nuestro régimen electoral, se debe fundamentalmente a la desconfianza que tenemos los ciudadanos hacia el proceso electoral, pues la trampa y el engaño son los que definen nuestras luchas electorales y los mexicanos, seguramente, iremos perfeccionando nuestro régimen electoral por el bien de la salud de nuestra democracia tal como lo sostuvo José Ortega y Gasset.