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De la misma manada
Oaxaca, Oax., 2 de octubre de 2011 (Quadratín).- El viejo Carlos Marx decía que para saber cuál es el estado de la economía, habría que observar los movimientos y conflictos políticos. Esta tesis se puede aplicar oportunamente en el caso de Oaxaca, pues es evidente que la economía del Estado está en franco deterioro y por ende afecta al conjunto de los ciudadanos al no tener suficientes ingresos para ellos y sus familias, esto se puede derivar y en concordancia con la tesis Marxista por la gran cantidad de movilizaciones sociales y conflictos políticos, y el regreso de los plantones y paros al Zócalo de la capital, ocasionando graves problemas a la industria turística y a la imagen de Oaxaca a nivel nacional e internacional. Es evidente que cuando la economía marcha bien, también la política marcha mejor. Lo que es cierto es que la clase empresarial, los trabajadores, los indígenas, los campesinos y las autoridades municipales y comunitarias están preocupados por el deterioro de la economía pública y la economía privada. Según información pública, al inicio del gobierno de Gabino Cué, los oaxaqueños teníamos inversiones y ahorros en los bancos por la cantidad de 57 mil millones de pesos y a los cinco meses de gobierno ésta cantidad había bajado a 27 mil millones, es decir, los oaxaqueños hemos tenido que recurrir a nuestros ahorros para poder sobrevivir, al no tener labor productiva.
De acuerdo con lo anterior, es evidente la ineficacia del gobierno, pues es éste el principal motor de la economía del Estado y ante la ineficiencia para ejecutar el presupuesto histórico del año 2011, es necesario concluir que la forma en que se integró el gobierno aliancista, mediante el sistema de cuotas, cuates, prebendas, dando origen lo que hemos llevado un régimen patrimonialista que por definición, es un régimen ineficaz y si altamente corrupto y autoritario. No negamos de la voluntad del gobernador y de algunos miembros de su gabinete por transitar por la vía democrática y del progreso para Oaxaca, sin embargo, la terca realidad se está imponiendo.
A pesar de todo, quedan todavía cinco años de gobierno y es posible modificar el rumbo del régimen y sobre todo del gobierno. Las posibilidades, como lo hemos dicho, de un gobierno de coalición, que se ha determinado por la propia Constitución y que tenga los siguientes presupuestos básicos:
1.- Es necesario establecer un sistema de pesos y contrapesos entre los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, así como de los municipios. Basados en su autonomía constitucional, buscar las formas de colaboración entre los poderes para lograr un ejercicio eficaz de gobierno, pues no hay que olvidar que el gobierno significa la actuación de todos los poderes y no sólo del Ejecutivo.
2.- Es necesario también, ponerse de acuerdo en los proyectos objetivos y metas concretas del gobierno y transparentar el ejercicio de esas políticas públicas, así como la integración, bajo una directriz profesional y responsable de las burocracias que las puedan ejecutar.
3.- Es necesario a la vez consensuar el método o los métodos de gobierno que impliquen una mayor participación de los ciudadanos y pueblos en el ejercicio gubernamental.
4.- Será menester también, con el propósito de garantizar profesionalismo y honradez de los funcionarios públicos, ser ratificados, como mínimo en el nivel de Director General o similar por la Legislatura local, pero antes habría que haber diseñado un perfil de los mismos para cada puesto. Esto no implica sustraer al gobernador de su facultad para nombrar y remover libremente a dichos funcionarios.
5.- Hay la necesidad de promover una ética pública que permita combatir ampliamente la corrupción de los servidores públicos.
6.- Hay que hacer una revisión a fondo de las instituciones gubernamentales, pues son éstas que no nos permiten avanzar a mayor velocidad hacia el desarrollo, y no estar siempre a la saga de los indicadores de desarrollo humano. Lo que en sentido común significa volver hacer la sopa como en el juego del dominó.
Pongamos un ejemplo, todos sabemos que un Estado que no avanza en sus niveles de educación es un Estado que irá a la saga del desarrollo humano, luego entonces, si seguimos como estamos, sin hacer esa nueva sopa seguiremos estando a la saga del nivel Nacional. Si es necesario habría que enfrentar muy decididamente y destruir, desde luego, aquellos factores y actores que no nos permiten ese desarrollo. Para ello necesitamos de la coalición de amplios sectores de la sociedad para tener la fuerza y acabar para siempre con esos factores y actores nefastos de la educación.
Otro ejemplo, es lo que se refiere a la problemática de los pueblos originarios.
Aquí debemos de cambiar desde la concepción de la problemática de esos pueblos, aquí también se requiere hacer una nueva sopa, pero incluso con un nuevo dominó y más aún es menester cambiar de juego. Es tal la dimensión de la problemática de nuestros pueblos que necesitamos revolucionar todo para que alcancemos mínimos de justicia para ellos.
Es indudable que para lograr el gobierno de coalición es necesario que ninguna institución política, como es el caso del PRI, pueda estar fuera de estos compromisos, no se trata de una lucha de posiciones o de cargos sino de proyectos, de libertades y de la búsqueda incesante de la igualdad entre los oaxaqueños. Una nueva concepción de la política debe transitar por los territorios oaxaqueños, ya basta de conflictos y simples aspiraciones particulares de poder, deberemos de alcanzar la gran idea central de la política: el arte de vivir juntos sin destruirnos.
Foto:Archivo