La Constitución de 1854 y la crisis de México
OAXACA, Oax. 4 de julio de 2014 (Quadratín).-Un tema recurrente en momentos ha sido responsabilizar a los niveles inferiores de gobierno de la baja recaudación nacional, por la mala recaudación que realizan de los impuestos locales, particularmente del impuesto predial.
Incluso ya hubo un Secretario de Hacienda, por supuesto que no el actual, que dijo que los estados no lo recaudan bien, cuando es responsabilidad municipal y su recaudación es un tema de trabajo del Comité de Vigilancia del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal.
Una cosa es cierta, la recaudación del impuesto predial puede ser una buena fuente de financiamiento complementario de las finanzas locales, sin embargo tiene sus límites, tanto por el crecimiento económico, como por los niveles de ingreso de la gente. Su administración tiene muchos vicios, que habrá que revertir, pero hay que valorarlo en su justa dimensión.
Ya he mencionado en otros comentarios, datos respecto a la recaudación del predial respecto al PIB, destacando con el 0.6 por ciento Chile, país de menor tamaño, con menos contribuyentes y con una administración del impuesto totalmente centralizada. Colombia el 0.5 por ciento, Argentina con el 0.4 por ciento. Claro en los países desarrollados de la OCDE llega hasta el cuatro por ciento del PIB.
Un dato relevante es su participación en la carga tributaria total, que no llega el dos por ciento de la misma, con la heterogeneidad mencionada.
En México, lo real es que no hemos podido rebasar el 0.2 por ciento del PIB, y excluyendo al DF, sería un poco más de 0.1. La recaudación de predial de la Ciudad, que tiene un administración centralizada, representa casi la cuarta parte de sus ingresos totales, un poco menos de 80 municipios recaudan más de la mitad de ese 0.1 por ciento, destacando por supuesto las capitales económicas y políticas de las entidades federativas.
No olvidemos la realidad del País, ahí tenemos los más de 400 municipios que se rigen por usos y costumbres en Oaxaca y los municipios en extrema pobreza de Guerrero, Chiapas y Veracruz como ejemplo, en general la radiografía nacional de la pobreza municipal, la dependencia que tienen de los recursos transferidos y el escaso margen de independencia que tienen, así como la falta de una cultura recaudatoria.
Estamos ante una problemática política y técnica. La base para el cobro del impuesto predial descansa fundamentalmente en el desarrollo del catastro, que es un instrumento que permite integrar el padrón de contribuyentes, así como las características de las viviendas y los predios y este es costoso, generalmente centralizado en los gobiernos estatales.
Pero hay problemas en la definición de las tasas, donde ojo, no porque sean altas el impuesto lo es, ya que está en función del valor catastral, cercano o no al del mercado, la irregularidad de las valuaciones de los bienes inmuebles, en los métodos de valoración, muy extendido el castigo a los valores catastrales, con fines de evasión de otros impuestos .
Desde mi punto de vista hay dos temas centrales: el primero es la gran cantidad de exenciones, como la costumbre de que oficinas públicas federales como en el DF no paguen el impuesto predial o incluso las embajadas y los templos o el uso del predial como incentivo “para atraer nuevas inversiones” ya sean para nuevas plantas industriales o el desarrollo turístico.
Incluso en al algún lugar del Continente –no en México- se exentan las casas de los funcionarios públicos. Hay muchos ejemplos al respecto. Es prioritario reducir el número de exenciones y eliminar las que no se justifican.
El otro gran problema es la cultura de No Cobrar, porque se aduce tiene costo político, lo que da lugar a la costumbre de No Pagar. Hasta hace poco era evidente que sólo se cobra la mitad de lo que se podría y debería hacer.