Y ahora ¿qué hacemos con Trump?
OAXACA, Oax. 19 de agosto de 2015.- La Sección 22 del SNTE acordó modificar el calendario escolar vigente autorizado por la Secretaría de Educación Pública y convocar el inicio de clases el 20 de agosto.
Al interior de la propia Sección 22 no se percibe el significado o la utilidad táctica o estratégica de esa medida, sobre todo cuando la dirigencia ha declarado que sus movilizaciones se harán en contraturno, es decir en horarios no laborables y está a discusión el paro de 48 horas a partir del 24 de este mes.
El parecer convocar a clases antes de lo estipulado por el calendario escolar oficial, es más un acto simbólico de rebeldía que una acción meditada con consecuencias útiles para la defensa del sindicalismo democrático, en otras palabras, es un acto de rebeldía pueril. ¿Quién es el destinatario de dicho mensaje?
El movimiento social organizado no requiere de que la Sección 22 confirme su postura o demuestre su fortaleza, al menos no de ese modo. ¿El mensaje fue acaso dirigido a los padres de familia, a quienes sorprendió la decisión y puso en apuros para que los escolares puedan asistir a clases con sus maestros, cuando estos ni siquiera tuvieron la oportunidad de planear el curso? ¿A las autoridades educativas que conocen bien la postura de la Sección 22?
Al parecer la decisión fue un acto de auto convencimiento, el mensaje fue dirigido a los propios integrantes de la Sección 22 para convencerse de que la resistencia es posible.
No obstante la situación se antoja más compleja. La Sección 22 cree poder sumirse en el clandestinaje haciendo sus acuerdos de Asamblea Estatal inaccesibles para los profanos, cuando ahora, que la represión se cierne sobre las cabezas de su dirigencia, se hace más necesaria la apertura y la democracia.
Las propias bases están desconcertadas, muchos comisionados sindicales se apuran a regresar a sus centros de trabajo para que no les finquen responsabilidades y desplazan a quienes hasta ahora los cubrían en sus puestos, con la consecuencia de que a estos últimos nadie los defenderá. Así les pagan su obediencia y entrega al movimiento.
El contexto nacional tampoco favorece. El PAN y el PRD atraviesan situaciones difíciles al interior de cada partido que les dificulta la actuación en su entorno; sólo los partidos de corte autoritario parecen fuertes: el PRI y Morena. La dirigencia de la Sección 22 analiza la posibilidad de alianzas estratégicas y ve en Morena una opción. Basta con que repasen la historia, analicen lo que Andrés Manuel López Obrador le hizo al PRD, para que vean el verdadero rostro de Morena.
Recibir el apoyo abierto de organizaciones armadas, solo confirmaría lo que el gobierno y otros grupos de interés han señalado, y no sólo justificaría la represión, la haría urgente ante los ojos de quienes claman contra la rebelión. Una supuesta alianza con los padres de familia y las comunidades, bajo el esquema de acción del Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO) que al mismo tiempo dependa de fondos del gobierno es un espejismo.
Lo cierto es que la Sección 22 nunca tuvo un plan estratégico para enfrentar una situación de esta gravedad. Confiada en ser la vanguardia revolucionaria de América Latina, el Estado mexicano la dejó vivir en la ilusión de su sueño y ahora la despierta con una represión brutal. Es posible que en la formalidad legal se respeten los logros de los maestros; pero los trabajadores de la educación habrán perdido el único instrumento de su defensa y el normalismo dejará de ser el elemento de identidad del gremio.
En las escuelas los maestros no alcanzan a comprender lo que sucede y recurren a su viejo esquema ideológico de que si la Asamblea Estatal ya decidió que la reforma educativa no pasará, entonces no pasará y se preparan para realizar acciones “contundentes”.
La suspensión de pagos, el señalamiento de responsabilidades, las penalidades por usurpar funciones, las órdenes de aprehensión por diversos delitos del fuero común y federal, serán una cubetada de agua fría para quienes conservan la fe en la omnipotencia de la Sección 22. Las acciones fundamentalistas podrían focalizar a la Sección 59, verla como el chivo expiatorio de sus males e intentar recuperar escuelas, agredir a sus integrantes o usar cualquiera otra forma de violencia intragremial. Una versión magisterial de Fuente Ovejuna podría terminar en desgracia.
Queda poco por hacer en el marco de las viejas estrategias de lucha. Si la Sección 22 quiere recuperarse de este golpe, tendrá que recurrir a su creatividad política y eso implica rediseñar al Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca y recuperar la función sindical. Tarea difícil, pero no imposible.