Diferencias entre un estúpido y un idiota
Indicador Político
MÉXICO, DF, 28 de agosto de 2015.- Cantados con anticipación, solicitados desde hace año y medio en que se rompió el Pacto por México y planteados como urgentes por las crisis de Ayotzinapa, la Casa Blanca y la fuga del Chapo, los cambios en el gabinete presidencial llegaron como el pole de arranque de la elección presidencial del 2018.
El presidente Peña Nieto se había quedado sólo con dos cartas para el 2018 -el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong-, pero en medio de una severa crisis económica y una profunda crisis política. El ascenso de Manlio Fabio Beltrones a la dirección del PRI se vio como un reposicionamiento ventajoso para el sonorense, ante el debilitamiento de Videgaray y Osorio.
Como el sistema político tiene sus costumbres, el presidente Peña Nieto llegará al momento de la sucesión con seis cartas, de las cuales tres se decantarán en el 2017 y sólo quedarán dos para el 2018. Además de Videgaray, Osorio y Beltrones, se suman Aurelio Nuño, José Calzada y José Antonio Meade.
Los cambios revelan que el gobierno peñista llegó prácticamente a su fin y tuvo que abrir su proceso de sucesión presidencial obligado por las circunstancias. El saldo electoral del pasado 7-J y la mayoría absoluta para la alianza PRI-PT-PVEM-Panal obligaron al PAN y al PRD a replantear su estrategia. Inevitablemente adelantado, el tiempo sucesorio tuvo que dejar la posibilidad de más reformas: el PRI tendrá que administrar las que hay, el gobierno peñista estará obligado a hacerlas funcionar y la oposición no tiene más camino que bloquear al PRI.
Como todo Presidente de la República electo por el PRI, el juego sucesorio de Peña Nieto se basará en tres objetivos de la nominación de candidato, campaña presidencial y elección: continuidad personal, de proyecto y de grupo. Hasta ahora no se ven indicios de fractura al interior del grupo gobernante, como la que padeció Salinas con la polarización Joseph Marie Córdova Montoya y Manuel Camacho Solís o como la de Javier García Paniagua-Miguel de la Madrid en la sucesión de López Portillo.
La apertura de tres cartas más en el juego sucesorio le ayudará al presidente a diluir los juegos de grupos de poder y de grupos de interés. Por el papel activo de Beltrones en la bancada del PRI en la Cámara de Diputados para la aprobación de las reformas estructurales, por lo pronto no se advierte en la lista de aspirantes ninguna posición contraria al proyecto de gobierno de Peña. El PRI de Beltrones va a operar un mayor apoyo de la clase priísta a favor de las reformas.
Los problemas para el grupo presidencial estarán en las doce elecciones de gobernador en el 2016 y la singular en el Estado de México en 2017. Los indicios de alianzas PAN-PRD para algunas gubernaturas han abierto la posibilidad cuando menos en el escenario teórico de una alianza PAN-PRD para la Presidencia de la República, toda vez que el PRI salió fuerte y dinamizado de las elecciones de este año y del nombramiento de Beltrones. Es decir, el PRI arranca el proceso electoral del 12018 con una cómoda ventaja.
De los nuevos funcionarios sólo destacan Aurelio Nuño, el eficaz jefe de la oficina de la presidencia que construyó un mecanismo de operación política de Peña pero que no pudo llegar -como era su deseo- a la presidencia del PRI; desde la SEP y ya sin el fardo de la Sección 22 de Oaxaca, la SEP podría ser un buen trampolín. Pero había demostrado eficacia desde su oficina en Los Pinos y con todo el apoyo presidencial y en la SEP tendrá que demostrar eficacia personal y sin apoyo presidencial.
El gobernador queretano José Calzada llega al gabinete desde una buena gubernatura, aunque con la desgracia de la derrota en la elección de gobernador que ganó el PAN. De todos modos, en Los Pinos lo fueron observando con interés por su eficacia en la política. Aunque estaría en la lista de presidenciales, sus posibilidades serían mínimas, aunque cumpliría con su tarea de jugar con sus imposibilidades para desviar golpes y proteger al beneficiario final.
Y Meade llega a la clave Sedesol que ha catapultado candidatos a la presidencia, con datos de haber sido secretario de Hacienda de Calderón y ahora canciller con Peña. Sedesol lo convierte en el candidato más fuerte porque es una secretaría para dar, sin los conflictos del PRI, Hacienda o Gobernación
Los que ganan con los cambios son Videgaray y Osorio, sin duda los preferidos por el presidente Peña Nieto. Su posición de privilegio los llevó a magnificar los conflictos. Ahora es de preverse que los dos pasen a un menos dinamismo mediático para recargar pilas y superar conflictos en sus agendas de gobierno.
Aunque el gran ganador fue el presidente Peña Nieto porque demostró que pese a las adversidades sigue poniendo juego político y planteando la agenda.
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@carlosramirezh