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MÉXICO, DF., 15 de julio de 2015.- En el planeta se producen y distribuyen suficientes productos tóxicos destinados al uso de armas químicas que podrían exterminar a la población, aseguró Benjamín Ruiz Loyola, catedrático de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Por el potencial dañino que tienen, hay que hacer lo posible para que desaparezcan”, advirtió el experto en armas de destrucción masiva (químicas, biológicas y nucleares) en un comunicado de la máxima casa de estudios.
Ruiz Loyola explicó que se ha destruido el 85 por ciento de éstas, equivalente a 72 mil 500 toneladas, pero falta el restante 15 por ciento de arsenales, los cuales almacenan los gases sarín y mostaza según publica Quadratín México.
Del primero, se necesitan tan sólo 40 gotas (aproximadamente un mililitro absorbido por la piel) para matar a una persona, mientras que el segundo es causante de ampollas en la piel y membranas mucosas, lo cual suele conllevar a la muerte por asfixia agónica.
El gas mostaza, utilizado en la Primera Guerra Mundial, es un compuesto que provoca quemaduras extensas y dolorosas; no es letal en la mayoría de los casos, pero sí incapacitante.
Por su parte, el sarín es un agente neurotóxico que afecta directamente al sistema nervioso e impide la transmisión correcta entre células, lo que deriva en un descontrol muscular que puede provocar desde calambres hasta un paro respiratorio, explicó.
Ruiz Loyola, quien hace 12 años formó parte de la misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como inspector del desarme del gobierno de Irak, recordó que el último reporte de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) señala que 85 por ciento de éstas -equivalente a 72 mil 500 toneladas- se ha destruido, pero falta el restante 15 por ciento.
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