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Narcoterrorismo, Boinas Verdes, cárteles cuasigubernamentales
El fantasma de la violencia en la Sierra Sur se pasea impaciente entre las comunidades que desde hace muchos siglos permanecen como una muestra de la pobreza nacional, precisamente ahí en donde se encuentra una de las mayores riquezas de México.
En la recta final del mandato de Diódoro Carrasco se anunció un gigantesco proyecto minero en el que contemplaron la inversión de poco más de dos mil millones de dólares y la construcción de una vía ferroviaria desde la Sierra Sur hasta el puerto de Salina Cruz.
El simple anuncio originó un torrente de declaraciones, amparos y la intromisión de decenas de organizaciones que dijeron representar a los pueblos. A partir de entonces los conflictos se recrudecieron y los muertos de contaron por docenas, entre ellos el asesinato de 27 campesinos de Agua Fría a manos de habitantes de Santo Domingo Teojomulco.
Con tanta sangre, con tantos redentores y tanta ambición, al final el proyecto fracasó, el Grupo Acerero del Norte se desintegró y sus despojos fueron a parar a las manos de la familia de la ex esposa de Carlos Salinas de Gortari en tanto que los campesinos siguieron en medio de la pobreza más lacerante.
En medio del naufragio de la economía internacional y el espectáculo denigrante de la clase política que se evidenció con la reforma de PEMEX a los mexicanos nos queda claro que no podemos seguir dependiendo solo de la venta de hidrocarburos, del turismo, las manufacturas o las remesas de los migrantes.
Debajo de las comunidades más pobres de Oaxaca se encuentran yacimientos minerales tan grandes que no sólo pueden transformar el rostro del sur sino provocar un salto en los indicadores del Producto Interno Bruto del país.
Es absolutamente vergonzoso, es inmoral que mientras los impuestos de los mexicanos sirven sólo para el reparto de despensas o vacunas en la Sierra Sur para evitar que la gente se muera de hambre o por abandono, debajo de la tierra permanezcan intactas millones de toneladas de recursos minerales que son de la nación.
Todas las naciones del mundo llevan ventaja, capitalistas feroces, comunistas consumados o socialistas trasnochados, todos explotan sus yacimientos; sólo en México nos damos el lujo de debatir por la pobreza sentados sobre montañas de dinero que permanecen ociosas.
El petróleo se agotará tarde o temprano, la economía nacional no resistirá mucho con el ejercito de zánganos que desde el gobierno, los partidos o las organizaciones no gubernamentales dicen trabajar por los pobres y terminan por quedarse con la mayor parte del gasto público destinado al combate a la pobreza..
Los oaxaqueños no somos pobres somos tarugos por no aprovechar la riqueza natural de nuestra tierra.