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ACAPULCO, Gro. 20 de septiembre de 2014 (Quadratín).- A aproximadamente 245 kilómetros de Ixtapa-Zihuatanejo, se encuentra Acapulco, destino turístico emblemático de México que ha sido renovado y que encierra un sinfín de historias relacionadas con la época dorada: los años 50, periodo en el que famosos del cine mexicano y hollywoodense hicieron de Acapulco su lugar preferido a nivel mundial.
Ahora, como un vértice importante del Triángulo del Sol, en Acapulco se invierten aproximadamente 200 millones de dólares en infraestructura turística en las zonas tradicional, dorada y diamante que conforman la ciudad.
Al vivir la experiencia y recorrer uno de los puertos más importantes del país, Quadratín constató la vasta riqueza natural, cultural e histórica que aún colocan a Acapulco en el gusto de los turistas nacionales y extranjeros, debido a las espectaculares bahías de Santa Lucía y Puerto Marqués, que hacen de ésta ciudad guerrerense un lugar privilegiado.
A diferencia de la tranquilidad y relajación que ofrecen los atractivos de Ixtapa-Zihuatanejo, Acapulco es sinónimo de diversión en una ciudad que prácticamente no duerme, debido a la diversidad de bares y discotecas, nacionalmente reconocidas, que garantizan un fin de semana de fiesta.
Mientras que para quienes buscan conocer la cultura y la historia, una gama de museos y centros culturales presumen el origen e identidad del puerto de Acapulco. Por eso, estar un jueves en Guerrero y no probar el pozole verde es una verdadera falta de respeto a la tradición, por lo que así como en el resto del estado, Acapulco no es la excepción y cada jueves se disfruta de éste platillo típico mexicano acompañado de un buen mezcal, que además de deleitar el paladar también se convierte en el pretexto ideal para dar inicio a un fin de semana de reventón.
Y en este sentido, el Señor Frogs de Acapulco representa una opción ideal para seguir la costumbre y disfrutar de los atractivos de la ciudad, ya que desde hace 25 años cada jueves se vende uno de los mejores pozoles de la región con una vista espectacular de la bahía guerrerense.
Algunos de los hoteles legendarios de la ciudad donde ‘la vida es más sabrosa’, han invertido en extensos proyectos de renovación en los últimos años, por lo que actualmente ofrecen a los viajeros un vistazo a la famosa historia del destino mientras disfrutan de la modernidad y comodidades que los caracterizan.
Tal es el caso del recientemente remodelado Grand Hotel Acapulco & Convention Center, ubicado al final de la zona dorada y el primero en la famosa bahía de Acapulco, lo que permite apreciar de espectaculares puestas de sol, ideal para actividades recreativas y cercano al Centro de Convenciones, exclusivos bares, discotecas y centros de entretenimiento que garantizan una estancia inolvidable.
Un total de 573 habitaciones con un moderno y sofisticado diseño, dos pisos ejecutivos, dos bares y tres restaurantes, dos albercas y bar, así como 14 modernos y funcionales salones se suman a los servicios de confort y calidez que ofrece el hotel. De igual manera, el Hotel Encanto presenta una alternativa diferente al turista nacional y extranjero que llega a esta zona de Guerrero, con una iluminación incomparable, cine en su interior, sala de lectura y una piscina galardonada como la mejor a nivel nacional.
En la zona diamante es imposible dejar pasar el complejo hotelero Mundo Imperial que después de invertir alrededor de 300 millones de dólares se ha convertido en un recinto con tecnología de punta para conciertos en su Expo Mundo Imperial y una estancia de calidad para todos los integrantes de la familia. Pero Acapulco no solamente es atractivo por sus playas, sino también por la variedad impresionante de restaurantes de gran calidad gastronómica y servicios de primer nivel.
Desde cocina internacional, especializada y sobre todo la regional, por lo que para quienes prefieran degustar los platillos típicos de la región, la principal opción es el Restaurant El Jaguar que además de ofrecer un menú tradicional con productos guerrerenses, su ambientación presume la herencia histórica que convirtieron a Acapulco en lo que es hoy. Por lo menos así lo detalla, Fernando Álvarez, propietario del lugar, quien además de administrar su restaurante, es un apasionado por la historia del puerto por lo que una charla con él acompañada de un delicioso desayuno hacen una experiencia inolvidable en Acapulco.
Lo mismo sucede tras hacer un recorrido por el Museo Histórico Fuerte de San Diego, que en sus diversas salas encierra el origen e identidad de los acapulqueños, mientras que desde la azotea se puede apreciar una vista panorámica sin igual, que ha servido de escenario para la grabación de diversos videos musicales de famosos artistas reconocidos a nivel mundial.
Mención especial obtiene el tour en yate por la bahía de Acapulco, en el que en altamar navegas a la par con las especies que habitan en el Océano Pacífico, tales como un pequeño delfín y una tortuga que hicieron el viaje especial, hasta llegar a una de las playas más limpias de Acapulco: La Roqueta, ideal para practicar diversas actividades acuáticas y contemplar la belleza natural de la isla completa.
Ya disfrutando de los paisajes en altamar, la opción es llegar a La Quebrada y presenciar el espectáculo de clavadistas, un grupo de jóvenes valientes, que día a día se prepararan físicamente para desafiar al mar y continuar con la tradición familiar de saltar de uno de los peñascos más famosos del puerto a nivel mundial.
Este es el nuevo Acapulco, alejado cada vez más de problemas de inseguridad y con innovadoras propuestas que satisfacen al viajero nacional e internacional.