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LOS ÁNGELES, California. 2 de enero de 2014 (Territorio Score).- En la pintura se ve un paisaje agreste, árido, un terreno irregular en donde hay un canasta de basquetbol, seis niños, todos descalzos, juegan con sus balones, hay melancolía, tristeza, dureza en la mirada dibujada, pero también genera esperanza, alegría, eso es lo que provoca este cuadro que logró crear Calixto Sibaja.
Mario y Calixto Sibaja son pintores, originarios de Tapanatepec, Oaxaca y al saber de la historia de los niños que jugaban descalzos, Calixto decidió inmortalizarlos en una pintura; Mario es quien le otorga la entrevista a TERRITORIO SCORE y nos habla de la creación de esta obra.
Calixto nació en un sitio similar en donde andar descalzo era algo común en donde el zapato te estorbaba para jugar, la gente piensa que no usar calzado es síntoma de carencia de económica, pero en ocasiones es para sentirse a gusto, así es como estás acostumbrado.
Entonces cuando a Calixto le cuentan que hay unos niños que juegan basquetbol descalzos, lo entiende bien, no dice ¡Oh pobrecitos!, al contrario expresa ¡wow! Eso me recuerda mi niñez.
Empieza a desarrollar un tema para la pintura, el platica con los representante de la agrupación Aztlán, quienes conocen la zona triqui le describen el medio ambiente en donde nacen los niños, de esa manera Calixto logra tener una noción más exacta, lo cual logra plasmar en su cuadro.
Crea su bosquejo en donde capta la idea que le narraron, logra desarrollar el tema y crea esta obra en donde capta la esencia de esa región de Oaxaca, en donde se puede observar un área irregular, se ven hasta piedritas en donde juegan los niños.
Y eso es cierto, así es como juegan los niños allá en esa zona en áreas que no son las apropiadas, pero eso no es impedimento para que ellos se diviertan, jueguen o practiquen algún deporte, lo recalco la manera en que él lo expresa es una realidad.
La técnica que Calixto Sibaja aplica en esta obra es su creación se basa en la arena, esa es la textura del lienzo de tela. Es una pintura que le da la cereza al pastel de un año que para los niños que integran la Asociación de Basquetbol Indígena de México (ABIM) fue inolvidable, pero que les deja a todos el reto para este 2014 de superar y de continuar lo que se logró dejar huella para la posteridad.