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Oaxaca, Oax., 13 de febrero 2011 (Quadratín).- 1. O no se entienden o no nos entienden: en cualquiera de los dos casos lo cierto es que con las evidentes diferencias que se han hecho públicas entre las dirigencias del PRD, PAN, PT y PC y los coordinadores de sus respectivas fracciones parlamentarias en relación a la agenda y el mapa de ruta que debe seguirse para sacar adelante el proyecto de reforma política promovida por el gobernador Gabino Cué, poco se puede esperar en este primer período ordinario de sesiones de la LXI Legislatura para avanzar en el diseño de un nuevo marco jurídico y arreglo institucional para Oaxaca.
2. Un día después de que los dirigentes de los partidos aliados al gobierno gabinista con justa razón urgieran a sus diputados de la LXI Legislatura a iniciar el debate público y los trabajos parlamentarios para darle el lugar que se merece a este tema en la agenda parlamentaria, los coordinadores de las cuatro fracciones parlamentarias, capitaneadas por el diputado del PRI y Presidente de la Junta de Coordinación Política, Martín Vásquez Villanueva , suscribieron un documento público en donde ponen en duda un ánimo de transformación de las dirigencias del PRD, PAN, PC y PT y todavía, que estén debidamente informados sobre lo que se ha hecho y dejado de hacer en la LXI Legislatura sobre el tema ( Comunicado de la Junta de Coordinación Política, Noticias, 9-II-2011).
3. Nadie ha puesto y pondría en duda que la instancia legal e idónea- pero no la única- para recibir y procesar propuestas y acuerdos en este sentido es el poder legislativo, a través de la Junta de Coordinación Política o, en su caso, la Comisión de Estudios Constitucionales. Esto queda claro en el documento ya mencionado, pero lo que se deja en el aire es el compromiso público de las fracciones parlamentarias, y del presidente de la Junta de Coordinación Política, para ponerle nombres, fechas, métodos y metas a la agenda parlamentaria para así dar inicio a la discusión y análisis de los grandes temas de la reforma política, asunto que, por cierto, la dirigencia estatal del PAN muy pronto lo hará.
4. Lo que más llama la atención, y preocupa al mismo tiempo, en este y otros temas torales de la vida política de Oaxaca, es la pasividad y ausencia de las organizaciones de la sociedad civil. Nada hasta ahora ni los conflictos post-electorales, las inercias del viejo régimen y su contraofensiva mediática, la semiparálisis del poder ejecutivo para castigar los actos de corrupción del ulicismo y ofrecer una nueva imagen de la administración pública y las acometidas de los poderes fácticos para acotar la capacidad de respuesta del nuevo gobierno-han sido suficientes para por lo menos provocar una reacción de apoyo y acompañamiento al proyecto político del gobernador Gabino Cué y de rechazo a los intentos para regresar al pasado.
5. Bajo estas circunstancias lo que hace falta es que de nueva cuenta la sociedad civil haga valer su poder de convocatoria y movilización. Desde las instituciones educativas, las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones sociales, los medios de información, etc. debe fomentarse el debate sobre una agenda común que tenga como punto de partida el proyecto de reforma política del gobernador Gabino Cué. Es necesario y urgente este ejercicio de participación cívica y política para romper con las inercias del pasado reciente y los intentos de que nada cambie y todo se reduzca a una simple alternancia. Se requiere que el proyecto de un nuevo marco jurídico e institucional para Oaxaca se acompañe de las críticas y propuestas de la sociedad civil para que en la reconfiguración de los órganos autónomos, por ejemplo, no sigan prevaleciendo el cuotismo y los arreglo bajo la