La Constitución de 1854 y la crisis de México
Oaxaca, Oax. 4 de agosto de 2010 (Quadratín).- En el mes de octubre del 2005, cuando ya las relaciones entre el gobierno del estado y la sección 22 el SNTE empezaban a tensarse, escribí el artículo La disputa por el IEEPO para dar cuenta de una vieja historia sostenida entre la dirigencia del magisterio de Oaxaca y el gobierno el estado de Oaxaca por el control burocrático de ésta institución.
Hoy, a la luz de las expectativas que ha despertado el arribo de Gabino Cué la gubernatura y del propio posicionamiento que ya algunos sectores y corrientes de la sección 22 del SNTE ha asumido en relación a éste tema, he considerado oportuno publicarlo íntegramente para que los lectores y actores políticos saquen sus propias conclusiones:
Desde la época del dominio de Vanguardia Revolucionaria en la sección 22 del SNTE el control de la estructura burocrático-administrativa del sistema educativo estatal ha sido una prioridad para las sucesivas dirigencias sindicales no solamente para promover en estos cargos a sus cuadros más reconocidos y de mayor lealtad política, sino como una extensión de sus redes de complicidad y clientelismo político-partidista.
Este modus operandi fue tolerado y aceptado por mucho tiempo por el gobierno federal en Oaxaca y cuando en 1978 este poder vanguardista se vió disminuido se gestó un movimiento para destituir al delegado de la SEP, Raúl Corzo Llaguno. Dos años después corrió la misma suerte su sucesor, Hernán Morales Medina. Con el nacimiento del movimiento magisterial en 1980 muchas de estas prácticas se interrumpieron por algunos años pero en 1986, con el ascenso a la gubernatura de Heladio Ramírez López, renació el interés de la dirigencia sindical seccional para ocupar importantes posiciones en la burocracia educativa. El populismo heladista y las ambiciones políticas de su Secretario General de Gobierno y a la vez titular de lo que hoy es el IEEPO, Lino Celaya Luría, facilitarían el proyecto de los representantes del magisterio democrático para recorrer de nueva cuenta la ruta vanguardista.
Con el paso del tiempo, los espacios asignados a la sección 22 del SNTE se convirtieron en motivo de disputas personales y grupales y en caldo de cultivo de conflictos cada vez mas irreconciliables entre los altos mandos del IEEPO y los dirigentes sindicales, empeñados siempre en tener el control total del aparato educativo al punto que por estos días ya le han puesto precio a la cabeza de su titular Froylán Cruz Toledo y a un centenar de sus colaboradores.
Razones o pretextos no les han faltado para enjuiciar a Cruz Toledo: desvío de recursos que explicarían la adquisición de propiedades millonarias en la región del istmo y que a su vez justifican su demanda de auditoría al IEEPO, cargos que no han podido probar legalmente, como tampoco ha ocurrido con las denuncias que revelan un presunto soborno al Secretario General, Roberto Rueda, y cuya autoría intelectual lo atribuyen algunos dirigentes magisteriales a fuentes cercanas a la dirección del IEEPO).
Que si estas acusaciones cruzadas son el origen de la disputa que hoy se libra o existen otras desconocidas para la opinión pública pareciera lo de menos frente a lo que en el fondo se busca: aprovechar las rencillas post-electorales entre la clase política oaxaqueña y la misma coyuntura de la sucesión presidencial para limpiar al IEEPO de funcionarios incómodos a los intereses de una camarilla sindical que emulando a sus ya desaparecidos adversarios vanguardistas hoy intentan poner contra la pared al gobierno del estado para obligar al gobernador Ulises Ruiz a entregarles toda la estructura administrativa del IEEPO y así constituirse en un cuarto poder en Oaxaca. (Octubre 29 del 2005).