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Jesús Ortega Martínez *
México, D.F. 13 de abril de 2010 (EXCELSIOR).- Lejos de ser una simple declaración hecha al calor del mitin, la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, lanza en un dicho popular la síntesis mejor acabada de cómo perciben en el Revolucionario Institucional a la ciudadanía: Nos hacen los mandados.
Aunque la advertencia señala a los partidos coaligados y a los millones de ciudadanos que guardan afinidad con este proyecto, la frase denota las formas de gobernar del PRI.
En los dichos populares, hacer los mandados es relativo a la servidumbre, a los que se tiene sometidos por diferentes razones y a quienes no hay necesidad de prestar atención ni importancia.
Y es que, durante años, los gobiernos priistas, como en el caso de Oaxaca, no han tenido otra visión de la ciudadanía más que la de someterlos a sus decisiones y acciones, que la mayoría de los casos no sirven para mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos.
Los caciques priistas así fueron educados políticamente: no tener ciudadanos a los que se les toma en cuenta para ejecutar acciones de gobierno, sino servidumbre que le hace los mandados.
En cuántas ocasiones estos caciques, que controlan congresos y otras instancias, han hecho valer su voluntad, sin escuchar las protestas ciudadanas, pues seguramente las califican como lamentos de su victoria.
Otro claro ejemplo de que le hacen los mandados al PRI fue la firma del convenio que suscribió Paredes Rangel para tratar de que no hubiera coaliciones en el Estado de México, a cambio de que sus bancadas en la Cámara alta y en la baja aprobaran incrementos de impuestos.
Por eso, suena todavía menos convincente que diga en la misma capital oaxaqueña que el PRI no se alía con afanes destructivos. Por cierto, en el marco de dicho acuerdo, también le hicieron los mandados un buen número de dirigentes priistas que ni enterados estaban.
Pero, aún más: el PRI está coaligado al único partido verde en el mundo que en lugar de proponer la conservación, tiene una política destructiva y propone como principal opción la pena de muerte.
Las coaliciones entre el PAN, el PRD, Convergencia y el PT en algunos estados de la República buscan un cambio para esta visión priista, que los ciudadanos tengan voz y voto en las decisiones, que el bienestar de vida de ellos y sus familiares mejore y que la impunidad no sea una constante en el ejercicio del poder.
Seguramente el PRI, consciente de que este trabajo de varios partidos políticos lo vencerá en las urnas en julio próximo, comete errores, lanza iracundos señalamientos que llevan su esencia.
Sin embargo, la campaña de los partidos coaligados no se centrará en la descalificación o en las guerras sucias que, por cierto, ya iniciaron contra el candidato Gabino Cué en Oaxaca.
Estamos ante la posibilidad de poder ejecutar un cambio en estas estructuras viciadas y con ello abrir mejores condiciones en la administración pública, en derechos humanos, claridad en la ejecución de los recursos, seguridad pública y en todos los rubros que las administraciones de los virreyes priistas no han sabido o no han querido mejorar.
Nosotros estamos convencidos de que los mexicanos ya no quieren ser servidumbre de nadie y que demandan de sus gobernantes un trato equitativo y respuestas a sus demandas.
* Presidente nacional del PRD
Fuente: EXCELSIOR. Sección: EDITORIAL