
Esperan estabilidad de temperaturas en gran parte de Oaxaca
Oaxaca, Oax., 7 de noviembre de 2011 (Quadratín).- Seguir culpando a los antecesores es un juego macabro que no merece la población y poco le conviene a esta administración. Estamos aproximándonos al primer año de este gobierno aliancista y es momento de hacer valoraciones.
La obra pública en nuestro estado ya no puede seguir siendo una ilusión, ni tampoco el pretexto idóneo para hacer leña del árbol caído. Es de todos conocido el saqueo y la corrupción de la anterior administración: desde obras fantasma e inconclusas hasta sobreestimaciones presupuestales. Sin embrago, no puede dominar la creencia de que se camina por el sendero correcto cuando en el primer año de un gobierno generador de expectativas no destacan las obras y solo se anuncia concluir las pendientes. Fingir que las cosas caminan bien es perder la orientación del cambio; justificar la fallas, es condenar el crecimiento de esta administración.
Oaxaca presenta un grave déficit en materia de infraestructura. Requerimos una ampliación en la cobertura de los servicios públicos de agua potable, alcantarillado y saneamiento; somos el único estado de la república que cuenta con 22 kilómetros de autopista (Oaxaca Huitzo); los tramos carreteros están en malas condiciones y no reciben el mantenimiento requerido de conservación; y las obras detonadoras de desarrollo están paradas, como el proyecto Oaxaca – la Costa en el que la constructora Omega se quedo sin capital y los gobiernos federal y estatal no han planteado alternativas para destrabar este brete.
Es responsabilidad de este gobierno no perder el sentido de crecimiento que privilegia el desarrollo en infraestructura porque tiene un impacto positivo sobre el crecimiento económico; además de que impulsa la distribución del ingreso y favorece la incorporación de nuevos sectores productivos. Desafortunadamente nuestra clase política distorsiona estos conceptos de desarrollo y los convierte en negociaciones cupulares de carácter discrecional.
La nueva dinámica política hace de la Cámara de Diputados -del Congreso de la Unión- el espacio de control y disputa de los gobernadores y los partidos políticos. Nuestros legisladores rivalizan año con año la bolsa de recursos para los proyectos de infraestructura carretera, haciendo de este reparto, la perla de la corona. En la aspiración de obtener mayores recursos se desatan intensos cabildeos para aumentar la propuesta presidencial a este rubro; un claro ejemplo fue la asignación presupuestal de este año, en el que el gobierno federal formuló un propuesta para infraestructura carretera de 34 mmdp, mientras que los diputados federales terminaron aprobando un presupuesto de 53 mmdp. Oaxaca fue una de las 8 entidades más beneficiadas aunque es penoso reconocer que ese beneficio no se haya materializado.
ENGAÑOSO. Aunque la administración de Calderón se jacta de contar con el programa carretero más grande de la historia, en el que se ha construido más de 11 mil kilómetros en carreteras con una inversión superior a los 130 mil millones de pesos, la realidad nacional es otra.
Oaxaca es un claro ejemplo de esa contradicción. Dentro de nuestro territorio existen un número importante de municipios y comunidades aisladas que carecen de caminos, y se mantienen anclados en una marginación severa. En los otros puntos del estado -donde si hay caminos- la situación no cambia mucho, la rehabilitación es inferior a años anteriores por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). ¿Las razones? 1) El modelo económico. Durante las últimas 3 décadas la situación de pobreza y subdesarrollo se ha agravado en el sureste del país. La inversión en carreteras se ha concentrado del centro al norte del país; al ser un país esencialmente exportador se favorece conectar al centro con todo el corredor industrial de la parte fronteriza. Condenando al sureste al subdesarrollo. 2) Los retrasos en las obras de infraestructura carretera no son consecuencia de la falta de recursos sino de la mala planeación. Así lo muestra la modernización y ampliación de la carretera de Ciudad Ixtepec- Santiago Laollaga- Guevea de Humboldt, un proyecto estimado en de 110.2 mdp que inició en 2005 y que se programaba terminar en el 2010, sin embargo la obra sigue inconclusa. 3) Oaxaca es una entidad que recauda muy poco, lo que nos hace proclives a estirar la mano. El 80% de nuestros recursos previenen de la Federación y la opacidad en su gasto ha sido, en la mayoría de los casos, colosal.
GARANTE. Si bien el nombramiento de Netzhualcóyotl Salvatierra López al frente de la Secretaría de Infraestructura y Ordenamiento Territorial Sustentable (SINFRA) fue bien recibido por la opinión pública por ser un miembro distinguido emanado de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC); también es cierto que en él recaen responsabilidades muy concretas que han sido relegadas, entre ellas: simplificar los trámites burocráticos, agilizar la asignación de los recursos, eficientar el trabajo de las distintas direcciones a su cargo, mejorar la planeación de las obras, garantizar suelo parejo a los constructores oaxaqueños y ejercer eficientemente el presupuesto. Se deben resolver los problemas principales, éstos se multiplican cuando los resultados se postergan. Abusar de la paciencia ciudadana es arriesgar la democracia.
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Maestro en economía, licenciado en derecho y consultor político.