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San Miguel Soyaltepec, Oax. 13 de febrero de 2013 (Quadratín).- Hace varias décadas, en 1943, y sin consentimiento de los mazatecos el gobierno federal, de entonces, decretó la construcción de lo que hoy es la presa Miguel Alemán, conocido también como la presa de Temascal.
Alrededor de 5 mil indígenas de unos cinco municipios les fueron expropiadas cerca de 52 mil hectáreas de sus mejores tierras. Actualmente, de este número de hectáreas la hidroeléctrica Miguel Alemán, cubre 47 mil hectáreas.
En la actualidad, esta presa ahorca, laboral y económicamente, el sector productivo de la población. Tan es así que casi el 75 por ciento del sector productivo joven de Temascal han emigrado a otros puntos. Se calcula que dentro de unos 25 a 30 años, Temascal será una población de gente de la Tercera Edad.
Como generalmente ocurre en la ejecución de los megas proyectos de este tipo, ganan los gobiernos, ganan los empresarios y pierden los pobres.
En el caso de San Miguel Soyaltepec, en la construcción de esta hidroeléctrica ganó el gobierno federal con la producción, generación y venta de energía eléctrica a través de la CFE y pero perdieron los mazatecos.
Los mazatecos de San Miguel Soyaltepec y de otros cuatro municipios más fueron literalmente despojados de sus tierras, paralelamente con sus costumbres, sus culturas y sus tradiciones ancestrales.
Los mazatecos fueron exterminados en un genocidio sin precedente en la historia étnica de México, afirman y denuncian algunas organizaciones, algunas vigentes y otras ya extintas.
Desde el punto de vista de los mazatecos; el saldo de la construcción de la hidroeléctrica Miguel Alemán implica ganancias millonarias para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pero grandes pérdidas para los indígenas despojados.
Y es que hace unos 60 años, entre 1940 y 1950, unos 22 mil mazatecos de los municipios indígenas de; San Pedro Ixcatlán, San José Independencia, Santa María Chilchotla y específicamente San Miguel Soyaltepec, entre otros, prácticamente fueron obligados a abandonar sus tierras.
El gobierno federal, de entonces, construyó allí lo que hoy es la presa Miguel Alemán. Una hidroeléctrica que vende electricidad a los Estado de Puebla y Veracruz., entre otros.
Si no existiese la presa, Temascal fuera otro. Existiese carreteras de tránsito hacia a San José Independencia, San Pedro Ixcatlán, San José Tenango, Santa María Chilchotla, y muchos lugares de la sierra, dicen y opinan.
Seguramente la vida de los temascaleños y soyaltepecanos fuera distinta porque entonces habría movimiento de dinero y, probablemente, la gente fuera menos dependiente de los gobiernos, sin embargo, esa hidroeléctrica mató el futuro económico del San Miguel Soyaltepec y también de los otros municipios, afirman.
A diferencia de Jalapa de Díaz y Ojitlán, a donde sus habitantes tienen modo de subsistencias debido a que son municipios con paso obligado de gente de San José Tenango, San Felipe Usila, Huautla de Jiménez, San Pedro Teutitla, entre otros lugares de la mazateca alta una allí los negocios sí funcionan. En contraste, Temascal la presa Miguel Alemán representa un gran obstáculo de desarrollo.
Al gobierno federal le conviene tener la presa allí porque vende energía, sin embargo, a San Miguel Soyaltepec en nada beneficia esta la presa misma que se ha convertido en un simple botín político.
Llantos, corajes, impotencia acompañado de nostalgias fueron, y son actualmente; algunos de los sentimientos encontrados de los mazatecos.