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Oaxaca, Oax. 04 de febrero de 2013 (Quadratín).- La discapacidad, si existe, es mental o social, sostiene el fotógrafo Pedro Miranda, quien retornó a Oaxaca luego de haber inaugurado su exposición de fototextiles La novia loca, en la galería Espacio Alternativo del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
El artista invidente de 31 años también impartió un curso de dibujo y escultura a videoastas, diseñadores gráficos y fotógrafos, y además ofreció una conferencia titulada Tuve una pesadilla, soñé que era normal, dentro del ciclo De cómo la discapacidad entrecomilla a la normalidad, en el Centro Cultural España.
Satisfecho, sarcástico y hasta divertido, platica que en su conferencia ironizó sobre la supuesta vulnerabilidad de las personas discapacitadas. La gente normal nos ve como personas frágiles, indefensas, vulnerables; yo me permití decir que odio a los discapacitados porque en todo caso la discapacidad, si existe, es mental o social.
Su exposición La novia loca, comenta, surgió hace más de diez años cuando le contaron una leyenda en San Raymundo Jalpan, que habla de una novia que vaga por las ruinas de una iglesia. La novia loca, se dice, murió junto con su prometido el día en que se estaban casando, debido a un fuerte temblor que desplomó el templo católico; desde entonces, la novia sale por las noches a buscar al novio ausente.
-¿Por qué llamas a tus trabajos fototextiles?
-Bueno, desde 1999 estudié fotografía con mi maestra Marcela Taboada en La Casa del Árbol. Años después me contaron la leyenda de La novia loca y empecé a elaborar unos trajes de novias con bolsas de plástico y tomé varias fotografías para recrear la leyenda. Pero eran fotografías con modelo y no daban la sensación fantasmagórica que yo quería. Entonces, lo que hice fue cortar las fotografías y colocarlas bajo la tela, así empecé a jugar con las texturas y logré el efecto fantasmagórico que quería.
Recuerda que luego de participar con una de esas fotografías en una exposición colectiva en el Museo del Palacio, la Secretaría de las Culturas y las Artes le proporcionó una beca para continuar con ese proyecto cuyo resultado final es la exposición La novia loca, abierta al público en el Cenart desde el 16 de enero.
-¿Cómo puede un invidente tomar fotografías?
-Esa pregunta me la hicieron muchas veces los reporteros en la Ciudad de México, y mi respuesta es siempre la misma: no sé. Yo estudié fotografía con Marcela Taboada que es súper chingona y ella me enseñó la técnica y todo el proceso tradicional. Yo no me concibo como un ciego que toma fotos sino como un fotógrafo más. En serio, no sé.
-¿Podría asumirse que el objetivo de la cámara fotográfica es tu vista?
-La cámara es una extensión de mis otros sentidos porque, obviamente, ocupo mis otros sentidos para sustituir a mi vista, pero yo tomo las fotos como cualquier otro fotógrafo.
-En el caso de los fototextiles, se supone que el tacto fue muy importante
-Las piezas están llenas de la urdimbre del telar y se ven más texturizadas. Toda la urdimbre es de algodón pero no se siente al tacto, es una textura visual. Aclaro, no porque soy ciego hago fotografías para ciegos.
-¿Cómo te sientes después de la experiencia de exponer tus fotografías en el Cenart?
-Estoy súper contento porque además de la exposición impartí un curso de dibujo y escultura. El curso se dividió en mañana y tarde, creí que los asistentes se iban a desanimar y que no regresarían por la tarde, pero no fue así. También di una conferencia en la que me permití decir que odio a los discapacitados, porque en todo caso si la discapacidad existe es mental o social. En Oaxaca me conocen por mi trabajo, pero no por ser discapacitado.
Pedro Miranda fue entrevistado en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo donde acudió, acompañado de la fotógrafa Marcela Taboada, a conocer las exposiciones de Gabriel Figueroa Flores y Roberta Neiman. Su exposición de fototextiles La novia loca, en el Cenart, permanecerá hasta el próximo 15 de febrero.