Reporte de una impunidad que agota
Fundamentos
OAXACA, Oax. 9 de octubre de 2015.- El próximo año, Oaxaca vivirá su primera sucesión de gobernador sin un mandatario emanado del PRI en el Palacio de Gobierno.
A diferencia de otras sucesiones, esta parece adelantada desde que el propio Gabino Cué ganó la elección en el 2010.
El reflejo de un Estado desquiciado hasta en ese fenómeno electoral es lo que está aconteciendo en Oaxaca.
Hay diversos candidatos, de varios partidos, enumerarlos sería citar a unos y ausentar el nombre de otros, por eso, referimos que hay muchos, sin embargo, nada está escrito para quienes aspiran a ser Gobernador o Gobernadora.
Y para colmo de las pretensiones de los cuasi-gobernadores, la Corte ha dado un duro revés al Congreso de Oaxaca y en general a los políticos que operaron la Ley Electoral que intentó crear nuevas reglas para el proceso electoral estatal de 2016.
La Ley Electoral de Oaxaca quedó abrogada; sí, abrogada, por mandato de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Lo peor es la causa por la que la Máxima Instancia Judicial de la Nación resolvió dejar sin efectos esa tan discutida Ley en el Edificio de San Raymundo Jalpan.
La Corte en términos del Magistrado ponente cita que, palabras más, palabras menos, el proceso legislativo realizado fue una farsa.
Esto para un Congreso integrado por los Diputados menos productivos que ha habido en la historia de Oaxaca es lo único que faltaba en este escenario tan deprimente para nuestro estado.
En verdad, estos acontecimientos obligan a la profunda reflexión en el sentido de que si los resultados electorales con los mecanismos actuales logran arrojar los resultados idóneos para el desarrollo de la sociedad en su conjunto.
Y esto tiene que ver en las formas tan desaseadas para las elecciones y hasta quiénes son beneficiados con esos resultados electorales, semánticamente debía ser la sociedad, pero esta ve fracasos, sí, fracasos como éste de nuestro Honorable Congreso oaxaqueño.
El origen de estos rotundos errores legislativos, se debe a que la función del legislador se ha tergiversado perversamente, y así quienes detentan o han detentado un espacio en cualesquiera de los ordenes legislativos, se dedican más a gestionar, a quedar bien con sus electores, anuncian la ejecución de obras, etc, pero ninguno ó ninguna ha dicho cual es su función primordial al ser electos a desempeñar el cargo de Diputado.
Esta “confusión” produce desde luego que el proceso legislativo, el estudio de las fuentes reales del derecho, las formales y en sí todos aquellos elementos y herramientas para que fueren en verdad congresistas es ignorado, el resultado: quedar evidenciados de la manera más severa por quienes Juzgan en última instancia en el país y, de paso, dejar al estado y a los aspirantes a candidatos en una incertidumbre, producto de un conflicto de leyes en el tiempo y en el espacio, per se complicado jurídicamente, políticamente más difícil de explicar a la sociedad.
Reflexiones que sólo son Fundamentos.