Economía en sentido contrario: Banamex
Análisis a Fondo
CIUDAD DE MÉXICO, 26 de febrero de 2016.- Nada bueno se les da a estos pobres pasantes en ciencia económica, que no fueron a la facultad, sino a escuelas patito financiadas por la obra de dios.
Y no es insulto. De ninguna manera me interesa insultarlos. Yo no son ni de derecha, ni de izquierda y menos del inexistente centro.
Sólo soy un pobre venadito… un periodista balín, de esos periodistas que no deberíamos de existir porque no somos agentes productivos, sino que nos pasamos la vida, nos ganamos la vida, cuestionando a los que sí producen aunque mal produzcan. But what are we goona do to it?
Y es que también, aunque los odien, no es culpa de ellos. Los conocimientos adquiridos en la obra de dios no les dan para más. Es la realidad la que está muy canija.
Hace unos días dijeron ninguna novedad. Que la economía, medida por el Producto Interno Bruto, que es la suma de todos los bienes y servicios producidos por el aparato económico durante un año fiscal, sólo crecería 2.5 por ciento. Ya hablamos de ello profusamente y más cuando escribimos del desarrollo estabilizador que muy pocos conocían, inclusive entre los alumnos de Pedrito Aspe Armella Maza.
Y ahora nos recetan otra cifra cabrona que estaba aún encapsulada pero que ha incidido fuertemente en el comportamiento de los agentes económicos. Una cifra aún más canija todavía y que incide obviamente en la primera. Que el déficit en cuenta corriente llega a 2.8% del PIB en 2015. Y qué es la Cuenta Corriente. La Cuenta Corriente es un apartado dentro de la balanza de pagos del país que recoge las operaciones reales (comercio de bienes y servicios) y rentas que se producen entre los residentes de un país y el resto del mundo, en un período de tiempo dado. Un año en este caso. Por eso salen estas cifras tan atrasadas.
La cuenta corriente en balanza de pagos presentó un saldo negativo de 32 mil 381 millones de dólares, durante el año pasado, cifra que representó el 2.8% del PIB.
Dicho monto se originó, siempre según los jóvenes economistas del banco central, de la combinación de déficit (siempre déficit; México, el país, la economía de los déficit, el país en déficit) de 23 mil 823 millones de dólares en la balanza de bienes y servicios y de 32 mil 844 millones de dólares en la de renta, y de un superávit de 24 mil 287 millones de dólares en la balanza de transferencias. Ad ovum, en las transferencias se maneja billete improductivo, de riesgo, generalmente dinero saliva.
Por su parte, la cuenta financiera de la balanza de pagos presentó en 2015 un superávit de 33 mil 826 millones de dólares. Dicho saldo fue resultado de ingresos netos por 20 mil 310 millones de dólares en la cuenta de inversión directa y por 27 mil 985 millones de dólares en la cuenta de inversión de cartera, y de egresos netos por 14 mil 469 millones de dólares en la cuenta de otra inversión. Buenos negocios hicieron los tenedores de dólares que generalmente se mueven en la bolsa de valores de Nueva York y que tienen de mexicanos lo que yo de astronauta.
Los ingresos por inversión extranjera directa sumaron 28 mil 382 millones de dólares y egresos de 8 mil 72 millones de dólares por inversiones directas en el exterior de parte de residentes en México. Esto se llama en buen cristiano “fuga de divisas”.
La balanza de mercancías pasó de un déficit de 2 mil 849 millones de dólares en 2014 a uno de 14 mil 460 millones de dólares en 2015. O sea que la crisis, que el estancamiento económico, que la caída de los precios del petróleo, que la devaluación del peso obligaron al país a dejar de percibir millones y más bien mandarlos a los mercados estadounidenses, principalmente, a cambio de refacciones, materias primas, que no producimos en este sacrosanto territorio que un día mentirosamente fue llamado El Cuerno de la Abundancia.
Dicho cambio se derivó de un deterioro en el saldo de la balanza de productos petroleros, el cual pasó de un superávit de mil 97 millones de dólares en 2014 a un déficit de 9 mil 855 millones de dólares en 2015, y de un aumento en el déficit de la balanza de productos no petroleros, que pasó de 3 mil 945 millones de dólares a 4 mil 605 millones de dólares, en la misma comparación.
El valor de las exportaciones de mercancías ascendió a 380 mil 772 millones de dólares en 2015, monto que implicó una contracción anual de 4.1%.
Por su parte, en el año que se reporta el valor de las importaciones de mercancías fue de 395 mil 232 millones de dólares, lo cual representó una disminución anual de 1.2 por ciento.
Y de ribete la inflación, que se viene acelerando desde que se inauguró 2016, debido al aumento de los precios en productos agropecuarios y una mayor afectación por la depreciación del peso.
En dicho lapso, el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró un alza quincenal de 0.29%, con lo que la tasa anual se ubicó en 2.94%, la cifra más alta desde la segunda quincena de abril de 2015, informó el INEGI.
“Se aprecia un aumento de la inflación debido a los efectos de la depreciación del peso y un incremento de los precios agropecuarios, pero se puede considerar que la presión de los agropecuarios podría ser temporal”, comentó Joan Domene, de Invex.
Al igual que la inflación de enero, se observó un claro traspaso del tipo de cambio a los precios de la economía en este periodo. Dicho fenómeno se detecta en el rubro de mercancías, que se ubicó en 0.39% en su variación quincenal, el cual contrasta con 0.29% de los últimos cinco años.
Se observa que el traspaso de tipo de cambio a los precios de la economía es más evidente de lo que llegó a ser en 2015, explicó Dolores Ramón Correa, especialista de Ve por Más.
La mayor afectación de la depreciación en el nivel de precios se percibe en las mercancías no alimenticias (que incluye bienes de consumo duradero como electrónicos y electrodomésticos), cuyo incremento en la primera mitad de febrero llegó a 0.57%, la segunda tasa más alta desde la primera quincena de febrero de 2015.
Ocho de los 10 productos que más se incrementaron en la quincena fueron agropecuarios, advirtió Arturo Vieyra, analista de Banamex.
Vale. Sic sunt rei. Así están las cosas. Podrían estar “pior”. De lo que si estoy seguro es de que 2016 va a ser mejor, mejor pero que 2017….
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