Ignacio Ovalle: ningún cargo público, pero sí protección
Oaxaca, Oax. 7 de agosto de 2010 (Quadratín).- Cuándo la persona es diagnosticada de cáncer su principal temor es que pueda morir, y se cuestiona sí realmente el tratamiento salvará su vida; esta enfermedad es potencialmente curable si se detecta a tiempo y se le da el tratamiento indicado.
El paciente con cáncer necesita recibir un tratamiento certero y oportuno, el cual tiene como premisa necesaria seguir celosamente y al pie de la letra las indicaciones médicas; sin embargo, 80% de los pacientes con enfermedades crónicas que requieren tratamientos largos, no llevan a cabo las indicaciones sugeridas; en el cáncer la adherencia (cumplimiento) al tratamiento de los pacientes fluctúa de 20% al 100%, este incumplimiento representa un gran problema en el cuidado de la salud.
Cuando hablamos de adherencia al tratamiento, se incluye la asistencia a las citas médicas y de seguimiento, el cumplimiento de las instrucciones médicas y el uso correcto de la medicación prescrita. Los beneficios de adherirse al tratamiento incluyen mayor posibilidad de curación, aumento en la supervivencia y mejoría en la calidad de vida.
La adherencia a los tratamientos del cáncer es difícil por varias razones, son largos en el tiempo, implican cambios en el estilo de vida, son complejos, tienen efectos secundarios o adversos como nausea, vómito, diarrea y pérdida de cabello, entre otros; sin embargo, el hecho de no apegarnos a las indicaciones tiene consecuencias tanto médicas como económicas; entre otras la necesidad de dosis más altas, la reducción de los beneficios del tratamiento, el uso de medicamentos más fuertes, la posibilidad de presentarse complicaciones en la enfermedad, la disminución de la calidad de vida y el aumento de la posibilidad de muerte; así mismo requerirá mayor número de consultas, hospitalizaciones más extensas y pérdida de lo gastado en medicamentos.
Existen barreras que dificultan el apego al tratamiento, la principal es la falta de información, y poca comunicación con el médico, en muchas ocasiones la persona no siente la confianza de preguntarle acerca de la enfermedad y los objetivos de los tratamientos, así como de los temores que siente ante estos; otra barrera es la poca credibilidad en los médicos y en los beneficios del tratamiento, y en algunos casos también influye que no haya síntomas de la enfermedad o que éstos desaparezcan de manera muy lenta, además el hecho de que la persona no cuente con apoyo social o familiar dificulta el cumplimiento. Por otro lado, en nuestro país desafortunadamente el costo de los tratamientos aun es un factor que limita en muchos casos el llevar un tratamiento oncológico.
En el cáncer los principales tratamientos son la cirugía, quimioterapia y radioterapia; la manera en cómo se reaccione emocionalmente dependerá del tipo de tratamiento. En la cirugía los miedos más comunes son a la anestesia, al dolor y a la desfiguración, se recomienda preguntar a su médico sobre la conveniencia y los beneficios de la cirugía y sobre la pérdida funcional. En cuanto a la radioterapia los temores generalmente son a las quemaduras y a las radiaciones, muchas veces estos miedos son basados en mitos, el médico puede explicarle cuál es la realidad actualmente. Y finalmente con la quimioterapia se sugiere conocer los beneficios y los efectos secundarios y hablar con su médico de sus temores, muchos de estos efectos adversos tienen control.
Se ha visto que la información es de las mejores armas para favorecer el cumplimiento del tratamiento, pregunte a gente especializada acerca de su enfermedad, las ventajas de los tratamientos, los efectos secundarios y qué puede pasar si no cumple con el tratamiento. Así mismo es indispensable que se establezca una buena relación con su médico, basada en la confianza, rodéese de seres queridos, no enfrente su enfermedad solo, recuerde que el compartir las preocupaciones las hace más llevaderas.
Piense que merece la pena soportar los síntomas para recuperar la salud y vivir una larga vida; recuerde que los efectos secundarios desaparecerán en cuanto termine el tratamiento y que todo es pasajero, si siente que ya no puede pida ayuda profesional y lo más importante confíe en usted y mantenga viva la esperanza.