¿A quién corresponde defender?
Oaxaca, Oax 14 de agosto de 2010 (Quadratín).- Se sabe que cuando una persona es diagnosticada de cáncer, su vida sufre una serie de cambios, generando emociones particulares e intensas, impactando no sólo a quien tiene la enfermedad, sino también a sus seres queridos.
La familia se ve inevitablemente afectada ya que el cáncer generalmente cambia los roles y las dinámicas familiares, por ejemplo, los hijos se aíslan y las salidas con sus amigos disminuyen; si son muy pequeños y alguno de los padres o algún hermano es quien enferma es cuidado por los abuelos o encargado con alguien más.
En el caso de las parejas, uno adopta el rol y las actividades del otro, así como también la sexualidad en casi la totalidad de los casos se ve afectada en algún momento de la enfermedad; estos cambios, entre otros, hacen necesaria una reorganización de su estructura.
La actitud que tenga la familia es fundamental y es un elemento clave en el bienestar y en el proceso terapéutico del paciente, por lo que es de suma importancia atender las necesidades emocionales de ésta. Las emociones o respuestas más comunes en los miembros familiares son: el miedo a perder a su ser querido, a no saber cómo ayudarlo o qué decirle y a la posibilidad de enfermar también de cáncer; síntomas depresivos como el asilamiento, falta de motivación y tristeza; ansiedad, alteraciones en el sueño y en el apetito y agotamiento físico y mental entre otros. Existen factores que aumentan la intensidad de estas respuestas, como la falta de apoyo que tengan los familiares en las áreas social, médica y sanitaria. Si no hay una buena comunicación interfamiliar acerca de la enfermedad y de las emociones que genera, esto hace que cada quien viva en soledad sus miedos haciendo más difícil el proceso de aceptación y adaptación tanto individual como de toda la familia.
Si usted tiene un familiar con cáncer algunas sugerencias pueden ayudarle: por ejemplo, expresar sus emociones y sentimientos al respecto a personas de su confianza y también con su familiar enfermo, ya que si no comparten con él sus preocupaciones, puede quedar aislado y empeorar su estado anímico; una comunicación sincera y continua entre todos los miembros de la familia promueve la colaboración de todos; es muy importante que dentro de lo posible sigan haciendo su vida normal sin sentirse culpables, es necesario y recomendable que no interrumpa las actividades de recreación y distracción; cuando no sepa qué hacer o qué decirle a su familiar con cáncer se sugiere actuar de manera normal frente a él, así como estar con él cuando lo requiera, por ejemplo, acompañarlo a sus citas médicas de tratamiento y seguimiento y hacerle saber que usted está dispuesto a escucharlo y a hablar cuándo él lo necesite, permítale expresar sus emociones como la tristeza, el miedo o el enojo; esto les servirá a todos para enfrentar de una mejor manera esta situación. Puede Informarse con gente especializada acerca de la enfermedad y de sus tratamientos y busque la posibilidad de asistir a grupos de apoyo dirigidos a familiares de pacientes con cáncer, así como ayuda y compañía de sus amistades.