Día 29. Supremacía debate entre Juárez o Cárdenas
Oaxaca, Oax. 31 de mayo de 2010 (Quadratín).- Juárez dejó dicho que el triunfo de la reacción es moralmente imposible. Hoy, el triunfo de la izquierda vistas sus alianzas con la derecha resulta del mismo modo imposible moralmente. Muchos argumentos se han esgrimido desde hace ya varios meses en torno a la contradictoria mezcolanza entre ideologías extremas del espectro político que el panismo pretendió justificar equiparándola al fenómeno químico de la emulsión. Flavio Sosa fue la gota que derramó el vaso y hoy sus propios compañeros de coalición, los mismos que le permitieron acceder a la candidatura plurinominal, le piden que reconsidere su decisión; que renuncie a la candidatura pues. Es improbable que lo haga y el daño electoral que causará a su coalición y sus candidatos, será de pronóstico reservado, al menos en los valles centrales. El mensaje que se manda no puede ser otro: la appo quiere vías institucionales y las busca tardíamente. Quiere esas vías para institucionalizar la violencia y el hostigamiento sociales. Solo eso le faltaba a Oaxaca, un incendiario con fuero capaz, como candidato, de poner en conflicto a buena parte del electorado que seguramente ha cambiado ya la intención de su voto o simplemente ha decidido ir a votar, cuando no lo tenía pensado. Flavio ha contribuido enormemente a convencer a los indecisos, que sellarán la victoria, de dos cosas; número uno: hay que ir a votar y número dos: hay que votar contra todo lo que huela a barricadas, humo de llantas, bloqueos y plantones. Aunque irremediablemente Flavio terminará siendo diputado.
Si tomamos en cuenta que la mayor parte del voto volátil, así como de los abstencionistas se encuentra históricamente en la franja del electorado joven, las cosas para la coalición appista se tornan más complicadas. El conflicto de 2006 alteró de modo sustancial la vida de todos los capitalinos, pero la huella más profunda quedó en la juventud. Una parte importante del estudiantado que no podía asistir a clases con la tranquilidad de tiempos normales; que tenía que salir de la escuela a una hora determinada para poder llegar a su casa sin que las tristemente célebres barricadas se lo impidiera; jóvenes que veían frustrada la posibilidad de socializar después de determinada hora que, aunque parezca frívolo, es un elemento importante en el normal desarrollo de la personalidad. Muchos padecieron la imposibilidad de llegar a sus hogares y durmieron en hoteles, en casas ajenas o en sus carros; no pocos fueron robados en las barricadas, muchas de las cuales operaban como auténticas casetas de peaje. La delincuencia los alcanzó y a plena luz del día eran asaltados por turistas guerrilleros. Flavio Sosa emblematiza todo ello y contribuyó en buena parte a la necesaria reflexión y a la pregunta ¿Ese proyecto queremos para Oaxaca? Y de no ser así ¿Cómo podemos evitarlo?
Los jóvenes están ya conscientes de la importancia de su participación en política y saben que esa participación no implica necesariamente afiliarse a los partidos políticos. Los partidos políticos no tienen la exclusividad de la acción política. El bono demográfico autoriza a sostener que los jóvenes están en toda la posibilidad de definir la elección y buena parte de la juventud está dispuesta a hacerlo. Han adoptado su credencial de elector como un instrumento de transformación y de señalización del rumbo y no como un documento simple de identificación. Las sociedades maduran a diferente ritmo y el avance en la cultura política de los oaxaqueños está pasando en alto índice por el filtro de la juventud.
Por ello se presentó ayer la ALIANZA DE JÓVENES POR LA RECONSTRUCCIÓN DE OAXACA como un foro abierto a todas las expresiones de jóvenes que quieren participar en política pero fuera de los partidos políticos, jóvenes que teniendo militancia se sienten excluidos, marginados; que no son tomados en cuenta y que, sin embargo, tienen como todo ciudadano un irreprochable derecho a participar. Son jóvenes galardonados en diferentes competencias, liderazgos municipales y regionales, presidentes de asociaciones civiles, líderes universitarios y estudiantes destacados de bachillerato y universidades. Con presencia real en todo el estado se darán a la tarea de formular una agenda en materia de juventud para los próximos gobiernos, estatal y municipales, así como para la próxima legislatura, agenda que se hará pública esperando que alguna coalición o partido la haga suya.