
Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Rosario Nuevo, Tezoatlán, Huajuápam, Oax. 22 de abril del 2012 (Quadratín).- Troncos petrificados al por mayor, tanto en cantidad como en su calidad y valor histórico cultural de la naturaleza, que la madre tierra conserva por siglos en sus entrañas. Por su esencia mixtecana y rasgos indígenas, los habitantes de este núcleo población, fueron los primeros en sorprenderse cuando en el año de 1994, Jorge Jiménez Rentería, dio a conocer el hallazgo de una mina de riqueza natural en este suelo provinciano.
Jiménez Rentería, acudió a Rosario Nuevo, municipio de Tezoatlán, con el propósito de realizar trabajos para su tesis de licenciatura en ingeniería geológica; desde que piso suelo a simple vista se aprecia, la conformación de pequeños cañones, la del cerro en cuyas faldas esta asentado el poblado, que hace siglos, aquí hubo vida en abundantes de flora y fauna, pero que al transcurrir el tiempo fue extinguiéndose, explica el propio letrado.
Desde entonces los nativos, habilitaron una casa apropiada para este fin, paredes de adobe, techo vigas, tejamaniles y tejas, puerta y ventana de madera, típica construcción rural, funciona como Museo Comunitario.
Carteles con descripción de posibles edades geológicas de las variadas piezas petrificadas que ahí se exhiben, unos en vitrinas, otros destilando su hermosura natural a la vista del visitante; además de que en rededor del poblado, grandes yacimientos de troncos petrificados, aun enterrados a flor de tierra, debidamente identificados, bajo el cuidado y observación de Jiménez Rentería, responsable del ramillete cultural que la naturaleza doto a esta zona de la mixteca oaxaqueña.
Según el geólogo que el hallazgo corresponden a la era jurásica y cenozoica, al mismo tiempo señaló que nuestro país esta en el quinto lugar a nivel mundial en lo que se refiere a museos comunitarios con este tipo de piezas geológicas, por lo que es importante conocer la historia del planeta, además del estudios de las placas tectónicas que permite analizar los múltiples fenómenos naturales como el desplazamiento de la tierra, sobre todos los temblores, que conllevan para conocer la mecánica de suelos y las construcciones de casas típicas y grandes edificios, luego entonces, el planeta no es de forma esférica, sino de un cubo por eso se le llama geoide, sostuvo Jiménez Rentería.
Además de las piezas que encuentran en el Museo, la barranca que circunda al poblado, existen grandes rocas en troncos petrificados que en tiempos diluvianos fueron arrastrados por corrientes de aguas, así se puede apreciar, bajo un techado de tejas, un gigantesco tronco de entre ocho a diez metros de largo, con un grosor de cerca de 80 centímetros, enterrados a más de 10 metros, que manos expertas escarbaron para ponerlo al descubierto, por su tamaño, y la cantidad, porque hay otros que no han sido desterrados, así como la intensidad de agua, sea probable que fuese el deshielo de un gran pico procedente de la parte alta de cerro donde se asienta Rosario Nuevo, el que los pudo haber arrastrado, ahora corresponde conservarlo, además de buscar medios, apoyos y recursos, para continuar con la tarea geológica cultural de los mixtecos, abundó el responsable de esta magna obra.
Las condiciones que aquí se dieron fueron únicas, puesto que no en todas partes existen tales evidencias que explican la existencia de la flora y la fauna en gran proporción y tamaño de una época que ya no existe, pero existió los vestigios lo testifican como prueba fehaciente, puesto que de acuerdo a la geología hay partes continentales y partes marinas en el conformación de nuestro planeta, lo hace necesario realizar una visita al Museo Comunitario de este núcleo poblacional, para conocer a fondo la gama de troncos petrificados que la naturaleza doto a este suelo mixteco.
Imaginar que hace millones de años, aquí existió un gigantesco bosque, como exuberante selva en gran magnitud de los pueblos de la comarca, muestra de ello es el grande tronco convertido en roca, y que aun permanece en las entrañas de la madre tierra, dando testimonio de lo que puedo haber sido, un gran paraje jurasica y cenozoica.
Los habitantes de Rosario Nuevo, son dignos herederos de una gran cultura natural, son herederos del gran Tayú (hombre de piedra), que río arriba hizo su aposento, tan cerca ó junto a este gran cañón de trocos petrificados, avizorando que los poblados de la comarca bien pueden también conservar una cultura de igual o mayor magnitud.
Fotos: Karol Joseph Gálvez