
Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
Oaxaca, Oax. 27 de agosto de 2013 (Quadratín).- Al participar en la Décima Audiencia Penitenciaria efectuada este martes en el Centro de Readaptación Social ubicado en la agencia de Santa María Ixcotel, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, magistrado Alfredo Lagunas Rivera, afirmó que el Poder Judicial está preparado y se prepara sólidamente en la sensibilización de los derechos humanos y el trato digno de las personas con independencia de su condición.
Somos vigilantes de que los procesos y penas de los internos se lleven a cabo con estricto apego a la legalidad procurando una justicia humanizada y sin dilaciones que reivindique de manera inmediata la libertad de aquellos que así lo ameriten y dignifique el trato de toda la comunidad de internos, apuntó.
En presencia de la procuradora para la Defensa del Indígena y Grupos Vulnerables (PRODI), Bertha Ruth Arreola Ruiz, representante en este acto del gobernador Gabino Cué, y de los magistrados de las salas penales Fernando Enrique Méndez Ortega, Ezequiel Raúl Gómez Martínez, Juan de Jesús Vásquez Urdiales y Gregoria Hortensia Castellanos Chávez, así como del director de la penitenciaría, Roberto Regalado Corzo, Lagunas Rivera señaló que los derechos humanos no tienen fronteras, y por ello el Poder Judicial del Estado es visor permanente de que la dignidad de los presos sea tutelada.
En el acto efectuado en el patio central del reclusorio, donde se congregó una parte de los mil 208 reclusos, entre ellos 98 mujeres que ahí se encuentran y quienes a diferencia de hace algunos años ahora conviven en un ambiente de mayor seguridad y respeto resultado de las medidas disciplinarias y atención a sus demandas, intervinieron también la titular de la PRODI y el director de Reinserción Social de la Secretaría de Seguridad Pública, Raúl Ángeles Villalobos.
75 INTERNOS HAN OBTENIDO SU LIBERTAD
La procuradora de la Defensa del Indígena y Grupos Vulnerables dio a conocer que resultado de las audiencias penitenciarias, este año más de 75 reclusos obtuvieron su libertad y se ha agilizado la actuación de los administradores de justicia. Aquí lo importante es que ustedes pueden hacer uso de la voz y darnos a conocer sus dudas e inconformidades respecto al estado que guardan sus procesos, manifestó.
A nombre de los internos, Arturo Fuentes Escobar agradeció la presencia de las autoridades de procuración y administración de justicia que se dieron cita para escuchar y revisar sus procesos y expedientes así como otorgarles asesoría jurídica, en especial a las personas indígenas y de escasos recursos. Queremos cambiar para mejorar nuestro entorno familiar, personal y social, y seremos mejores personas si encontramos a quien nos ayude a caminar y avanzar, dijo.
Posteriormente y con la presencia de los magistrados de las salas penales del Tribunal Superior de Justicia, jueces y defensores de oficio se instalaron mesas de trabajo para ofrecer atención personalizada tanto a reos sentenciados como procesados respecto a su situación jurídica, además de una comisión especial en materia de derechos humanos.
UN MOMENTO DE IRA LE CAMBIÓ LA VIDA
El reclusorio de Ixcotel ha cambiado. A partir de la desaparición de las mesas de gobierno el ambiente es distinto y hay una mejor convivencia, pero no deja de ser cárcel, comenta Raúl quien purga una condena de 30 años por homicidio. A él un momento de ira le cambió la vida, pues con una trayectoria profesional y una vida familiar estable, tomar venganza por su propia mano le privó de la libertad.
En el patio del reclusorio, los acordes de Still loving you, de la banda Scorpions se mezclan con el aparato de sonido que vocea a quienes reciben visita en ese momento. En medio de ese constante ir y venir de los internos por las mesas de atención donde hacen largas filas para ser escuchados, Raúl aguarda paciente su turno; ya ha sido procesado, sin embargo busca una oportunidad para la reducción de la condena.
Ahora estoy tranquilo, asisto a un taller de escritores, a un curso de inglés, participo como maestro de ceremonias o en lo que aquí me piden, incluso voy a terapias psicológicas porque en algún momento no quise existir más. Aquí me han ayudado y tengo ganas de vivir independientemente de que esté preso, ya no me permito estar más deprimido, se sincera mientras se lleva la mano al corazón.
Con 52 años de edad, Raúl tiene la confianza de contar con una nueva oportunidad y poder salir en menos tiempo de la cárcel. Así como la de él, las historias de cada uno de los internos se entretejen en el penal donde los casos de homicidio, delincuencia organizada, violencia intrafamiliar, son algunos de los más constantes.