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¿Lealtad a quién?
Oaxaca, Oax. 22 de noviembre de 2012 (Quadratín).-Hay una máxima en comunicación política que dice que percepción es realidad y lo que las imágenes que ayer y hoy se comunican por las redes sociales, la televisión, la prensa escrita y los portales de internet son más que contundentes: Que en Oaxaca a pesar del cambio prometido, de las esperanzas arrebatadas por miles de ciudadanos que creyeron que se podía aspirar a tener un estado democrático, los alcanzó el fracaso. El fracaso de un gobierno que muestra su ineptitud a cada paso, en cada decisión, en cada hecho.
En obras inconclusas, mal planeadas y sobrevaluados en precio. ¿No era eso lo que hacían los gobiernos de Murat y Ulises Ruiz?.
En marchas permanentes, conflictos sociales y políticos desatendidos, en ciudadanos que no son escuchados, en problemas no atendidos. ¿No era eso lo que pasaba en los gobiernos de Heladio Ramírez, Diódoro Carrasco, Murat y URO?
¿Podemos hablar hoy de alguna diferencia en el ejercicio de gobierno?
En imágenes de la televisión que muestran y enseñan el desanimo, la intolerancia, el cansancio, de una sociedad lastimada y en el hartazgo debido a los funcionarios que deviniendo del viejo régimen y con antecedentes de corrupción en sus cargos anteriores deciden sobre los costos del pasaje en la capital mermando de por si la ya lastimada economía de los oaxaqueños. ¿No fue eso lo que se criticó de Ulises Ruiz y de Murat?
En marchas y cierres de carreteras, en quemas de taxis, en funcionarios retenidos, con pedazos del territorio perdidos por asignarlos a abogados cercanos a sus funcionarios, en manifestaciones frente a la llamada casa del pueblo, con la plaza tomada, lastimando al turismo y golpeando la economía de los comerciantes oaxaqueños que viven de esta actividad económica.
El gobierno que llegó con la esperanza a cuestas de miles de oaxaqueños, que propuso generar estabilidad social y política para generar empleos. Se animarán los empresarios a invertir en el estado después de ver las imágenes que transmiten los medios de comunicación y las redes sociales, cuando a los maestros, a quienes hace años se guardaba reconocimiento, un pueblo enardecido los amarra, los desnuda y vulnera sus derechos, independientemente de las razones conocidas por todos del conflicto sindical permanente.
Dos años fueron suficientes para generar en los oaxaqueños la sensación de cambio, de paz y progreso, y nada de esto ha sucedido, por el contrario, Oaxaca y los oaxaqueños están cada vez más lastimados, basta recorrer la capital, las carreteras o platicar con la gente.
¿Cuáles son las acciones de gobierno más relevantes en estos dos años que pudieran marcar la gestión del gobierno actual? Basta revisar el informe y encontraremos cifras y más cifras que no coinciden con la realidad y como decía al principio, percepción es realidad.
Y muchos de los problemas que enfrenta Gabino Cué tienen que ver con sus compromisos políticos, ¿tendrán razón quienes señalan que quien manda en Oaxaca es Diódoro Carrasco?
Para muestra un botón: el secretario de vialidad y transporte, José Antonio Estefan Garfias, el malogrado aspirante a gobernador que fue desplazado por José Murat en 1998 y que desde hace más de 14 años, catorce años, está pegada a la ubre que representa vivir del erario público. ¿Se puede lograr un cambio con funcionarios que sirvieron a Diódoro, a Murat y a Ulises Ruiz?
¿Ese fue el cambio por el que se luchó? ¿Se puede alcanzar el progreso con funcionarios que sin pudor pueden servir a un régimen que fue catalogado de corrupto, mantenerse en el gobierno y no mancharse las manos?
¿Acaso no hay mejores servidores públicos en el estado? Servidores que estén comprometidos con Oaxaca y los oaxaqueños, no esos que coordinaron las campañas de los adversarios políticos para que las cosas en Oaxaca no cambiaran.
Tiene razón el presidente del PAN cuando reclama que no están representados en el gobierno, tiene razón el PRD cuando pide cuentas, en Oaxaca no gobierna la coalición electoral, gobiernan los mismos, los priistas marcados por sus hechos de corrupción, que deseaban que todo continuara igual en el supuesto de que ganara el hoy senador Eviel Pérez Magaña.
Las esperanzas de cambio, esas que motivaron a miles de oaxaqueños a participar, salir a las calles, enfrentarse a la cúpula priista, siguen encumbrados, decidiendo y ejerciendo el poder bajo la misma lógica de hace tres sexenios.
Recuerdo que en el segundo año de gobierno de Ulises Ruiz escribía que llevábamos ya 24 meses perdidos, hoy es lamentable, pero hay que señalar lo mismo, son 24 meses perdidos de este gobierno, y mucha responsabilidad tiene Gabino Cué al tener como secretario a personajes como José Antonio Estefan Garfias, lo peor del PRI y del sistema de corrupción que en Oaxaca se hizo costumbre como ejercicio de gobierno.
Esa secretaría que le hizo Gabino como muestra del desprecio a los políticos que provenían del PRD, deberá tener un marcaje personal, pues ahí está el cáncer de la corrupción.