
Fomenta DIF Oaxaca inclusión de las personas sordas con curso de LSM
Oaxaca, Oax. 11 de diciembre de 2012 (Quadratín).-La vida en el planeta está cambiado, como desde hace millones de años, pero los cambios de hoy y de ayer nos está correspondiendo verlos, observarlos con detenimiento y hasta analizarlos; todo está en permanente cambio, menos la luz, el color. Si lo anterior se acepta, entonces cómo no decir que la manera de interpretar el mundo y expresarse está en movimiento, como bien lo podemos notar ahora en esta muestra que ofrece la Facultad de derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, titulada Esperanza líquida que nos ofrece Julián López Tayan en sus cinco párrafos para celebrar el color y la línea, inaugurada por Eduardo Martínez Helmes, rector de la Máxima casa de estudios de los Oaxaqueños, expresó el director de la Facultad de Derecho, Juan Jorge Bautista Gómez.
El Director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Este conjunto de obras nos describe la búsqueda de otras fronteras y contenidos estéticos por parte de nuevos exploradores de las formas y los colores, como lo es el juchiteco López Tayan; quien con la energía que logra en la combinación de sus colores hace estallar benévolamente su sensibilidad sobre el lienzo albo que poco a poco entre pincelada y pincelada va adquiriendo mensajes sobre su superficie, mismos que los ojos descubren y hacen vibrar las cuerdas que sostienen e gusto y el placer de ver.
Por parte Eduardo Martínez Helmes, dijo que en esta muestra varios dominios se le denotan: uno debe ser el de la técnica del óleo que de horas en horas fue asiéndola a él, hasta convertirla en otra de sus manos con la cual también nos regala sueños tangibles que convocan a esas reflexiones que la propia evolución genera; sus colores parecen ser propios de su mirada, aunque en algunas de sus obras la perennidad de la gama istmeña se ilumina acomodándose a la plasticidad ya hecha memoria, el resultado que ha logrado en su etapa de experimentador de la gubia, la madera y el metal; donde hunde su mirada, su alma, su gozo, y la punta cortante de las realidades, las que cambia por gajos del aire que respira, mientras va configurando personajes de su imaginería que se desdoblan en historias jamás pronunciadas por los labios del silencio.
Así su destreza traza una y otra vez, y unas más unta colores sobre el papel o la tela; y así hizo aparecer la cabeza de un rumiante, o su obra donde una mano trata de llegar al líquido que se derrama de un cántaro ante la mirada de una mujer cuyos cabellos son casi oblicuos con el aire líquido, el cual en el plano inferior recobra vida con fauna marina que al igual nombra la esperanza.