
La SIP presenta las Conclusiones de su Reunión de Medio Año
Oaxaca, Oax. 26 de agosto de 2013 (Quadratín).- Para los niños preescolares, la familia es la principal influencia para el desarrollo de los hábitos alimentarios, los padres y los hermanos mayores resultan siempre ser modelos muy importantes, ya que los niños no tienen la capacidad innata de elegir una dieta correcta, solo se puede lograr una buena alimentación, si los adultos encargados les presentan las opciones adecuadas.
De acuerdo con la coordinadora delegacional de Nutrición, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Oaxaca, Roció Espinosa Castro, las principales influencias sobre la ingestión de alimentos en el desarrollo comprenden el entorno familiar, las tendencias sociales, los medios de comunicación, la presión de los compañeros y las enfermedades que pudieran estar presentes.
En ese sentido, desde los primeros años de la etapa escolar e incluso antes, los niños pueden aprender los elementos básicos de orientación alimentaria reconociendo, por ejemplo, los tres diferentes grupos del Plato del Bien Comer, estos son: verduras y futas, cereales y leguminosas y alimentos de origen animal, dijo la especialista en Nutrición.
También es importante hacer hincapié a los niños, desde etapas tempranas, de la importancia de consumir verduras y frutas en abundancia todos los días, así como granos enteros y la práctica de la actividad física, para con ello se contribuya a prevenir la obesidad que día a día causa alarma entre jóvenes y adultos.
Por tal razón, dice Espinosa Castro, los niños preescolares requieren diariamente tres comidas mayores (desayuno, comida y cena) y uno o dos refrigerios o colaciones ya que su capacidad gástrica es reducida y su actividad física constante.
Por lo consiguiente, para los escolares, se sugiere incluir un refrigerio cuando existan cinco o más horas entre una comida mayor y la siguiente, para que los niños se acostumbren a tener horarios de comida y no de comer a cualquier hora de manera desordenada, así regulan sus hábitos de ingesta de alimentos.
Aunque todos los tiempos de comida son importantes, el desayuno se considera básico ya que, crear el hábito de desayunar puede repercutir directamente en la calidad de la alimentación de los niños, así como en su rendimiento escolar y en este regreso a clases es muy recomendable, expresó.
Dijo que es importante recordar que a diferencia de los niños pequeños, que llegan a la escuela con refrigerios supervisados y preparados por los encargados de su cuidado, los niños de seis a doce años en muchas ocasiones llevan dinero, de ahí la importancia de ofrecer al infante una orientación adecuada para que ellos puedan tener una mejor selección de los alimentos disponibles ya sea que los lleve de su casa o que los adquiera en la escuela.
No podemos dejar de mencionar que además de la alimentación correcta, el lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, tomar agua simple, lavar frutas y verduras, así como tener un mínimo de actividad física de una hora diaria, resulta indispensable en la formación adecuada de hábitos en la infancia para un estilo de vida saludable a lo largo de toda la vida, recomendó la nutrióloga del IMSS.