Resurge conflicto agrario entre Ixhuatán y San Francisco del Mar

San Francisco del Mar, Oax. 30 de noviembre de 2014.-La aprobación de un proyecto eco turístico por parte de la Comisión de Desarrollo para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (CDI) que se desarrollará en tierras en “Cerro Tortuga” en los límites de San Francisco del Mar y San Francisco Ixhuatán, revivió el conflicto agrario entre ambas comunidades.

El alcalde de San Francisco del Mar, Leonel Gómez Cruz, consideró que faltó consenso por parte de la dependencia federal ya que el lugar donde se pretende realizar el proyecto, es una zona de inestabilidad política y social.

En esta agencia de San Francisco Ixhuatán, los campesinos zapotecas aseguran que “Cerro Tortuga” les pertenece y que poseen los documentos que los acredita, mientras que los huaves señalan lo contrario.

“Es lamentable que CDI apruebe este tipo de proyectos en zonas de conflicto agrario, de inestabilidad social y política, ya que genera violencia, como está sucediendo en Cerro Tortuga, las tierras son y le pertenecen a San Francisco del Mar. Es una zona de añejo conflicto agrario.”, explicó el edil huave.

Este fin de semana los comuneros de San Francisco del Mar y los beneficiados de San Francisco Ixhuatán, se presentaron armados en la zona de conflicto con sus respectivos presidentes municipales y buscaron dialogar.

En un ambiente tenso, los dos alcaldes llamaron a la paz a sus habitantes y acordaron una mesa de trabajo en la ciudad de Juchitán este lunes con la participación de las autoridades de la CDI, la Secretaría General de Gobierno, la Junta Agraria y la Procuraduría Agraria.

San Francisco del Mar llamó al gobierno, tanto estatal como federal, a que detenga la ejecución del proyecto con una inversión de un millón de pesos, se revise la situación agraria y que las dos partes acrediten de manera legal la propiedad, para evitar que el conflicto salga de control.

Las autoridades municipales no descartaron una futura confrontación si el gobierno no interviene para buscar una salida pacífica al problema añejo, que revivió con la autorización del proyecto por parte de la instancia federal.