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Oaxaca, Oax. 10 de diciembre de 2010 (Quadratín).-La justicia no puede ser un instrumento de revancha, afirma
Una multitud de hombres y mujeres de todas las edades se reunió en el auditorio de esta población para escuchar el mensaje de paz, justicia y desarrollo social que trajo a esta tierra de mazatecos y cuicatecos, el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué.
En el segundo día de la Gira por la Reconciliación y el Desarrollo, se declaró seguidor del ilustre Ricardo Flores Magón, y la gente venida de Huautla de Jiménez, de San José Tenango, San Miguel Huautepec, San Juan Bautista Tlacuazintepec y San Antonio Eloxochitlán, entre al menos 20 poblados del distrito cuicateco, se desvivió en porras y aplausos.
En esta zona agraviada por los excesos del autoritarismo, habló claro y preciso para anunciar la creación de una Fiscalía para la Atención de Delitos de Alto Impacto, como los del 2006 o los asesinatos de luchadores sociales, o como el del profesor Serafín García, ocurrido en Huautla en julio del 2004.
Pero las investigaciones tienen que ser cuidadosas, sin ánimo faccioso, porque la justicia no puede ser un instrumento de revancha, porque la fuerza del Estado no puede utilizarse para dañar, sino para hacer justicia, dice y le devuelven aplausos de reconocimiento.
Y es que al llegar a este recinto Gabino Cué se encuentra con mantas y pancartas que piden auditoría para el presidente local en funciones, apoyo para los defraudados de la Caja Popular Nacional del Sureste, o para resolver el conflicto agrario en San Pedro Chicozapote.
En esa ruta se ubica el presidente municipal de Huautla de Jiménez, Agustín Sosa Ortega, cuando en su mensaje de bienvenida le expresa al gobernador que este es el pueblo que ha fundado su fe y esperanza en usted, para que Oaxaca se encamine al desarrollo.
Por eso el mandatario oaxaqueño hace hincapié en la desaparición de las delegaciones que solo fueron instrumento de control, para transformarlas en dependencias que sirvan a la gente, que apoyen a las autoridades municipales, en módulos de atención social que sean facilitadores y orientadores de los presidentes en la gestión de recursos para sus comunidades.
Ante la mirada aprobadora de una decena de ediles de la zona que le acompañan en el presídium, hace un llamado para que en Oaxaca prive la tolerancia, porque lastima que después de las elecciones persista el encono en algunos lugares; no podemos enfrentarnos entre hermanos, les dice a los presentes, que nuevamente aprueban sus palabras con largos aplausos y vivas.
Toma un sorbo de agua para humedecer una garganta que ya ha hablado en Pinotepa Nacional, en las heroicas Tlaxiaco y Huajuapan de León, para proseguir afirmando: Conozco las entrañas de Oaxaca, sus conflictos.
Lleno de un ánimo solidario y esperanzador, expone: este es el Oaxaca que nos dejaron, ayúdennos a construir, para que el estado salga adelante; busquemos la reconciliación en Oaxaca.
Cuando son las cuatro y media de la tarde, se despide con una sonrisa franca, limpia, y les asegura a todos, nos vamos a seguir encontrando. Es un aplauso unánime el que lo arropa en su salida.
Antes de que el gobernador suba a su vehículo, Venancia León Granja, anciana vecina de Santa Ana Cuauhtémoc le pide apoyo, justicia en un caso familiar, Gabino Cué, le devuelve una mirada transparente para decirle que sí, toma los datos y alza las manos para expresar el hasta luego de quien sabe muy bien que regresará.