Diferencias entre un estúpido y un idiota
OAXACA, Oax. 15 de junio de 2015.- Al momento de escribir este artículo los resultados finales de la elección en Oaxaca aún no estaban disponibles en la página web del INE, sin embargo, a partir de los resultados derivados de los cómputos distritales es posible establecer algunas conclusiones y anticipar escenarios para el 2016.
Primero. Como ocurrió a nivel nacional, el PRI se sostuvo como primera fuerza electoral en la entidad aun cuando si se compara con el carro completo que logró en la elección federal del 2009 y el número de votos acumulados en los once distritos, no hay duda que ganando perdió: en el 2009 sumó 452,834 votos con los cuales se llevó las once diputaciones de mayoría.
Hoy esta votación disminuyó a poco más de 240 mil y con ese porcentaje estaría sumando a su favor seis diputaciones si se toma en cuenta que es casi un hecho que el distrito 02 con cabecera en Teotitlán de Flores Magón se irá a elección extraordinaria. Y en la misma situación podría estar Juchitán.
Segundo. A contrapelo de la tendencia nacional, en Oaxaca el PRD dio un salto cuantitativo y cualitativo importante porque además de superar la cifra obtenida en el 2009 (164,401) por vez primera conquistó 4 diputaciones de mayoría en una elección intermedia y acumular un total estatal de casi 189 mil votos.
Y lo más importante: de esas cuatro diputaciones, una corresponde al distrito 08 con sede en la ciudad capital en donde el priísmo ulicista jugó todas sus cartas, incluyendo intentos de soborno e inacción de algunas autoridades electorales, para intentar hacer ganar a la mala a la empresaria Beatriz Rodríguez. Al final, la férrea y eficaz defensa del voto y el fracaso de las mapacherías tricolores terminarían por inclinar la balanza hacia Francisco Martínez Neri, un candidato que desde un principio se perfiló como ganador, aun cuando el boicot magisterial y una deficiente operación electoral le restarían votos.
Tercero. Aunque MORENA no ganó ninguna diputación, el caudal de votos que acumuló en todo el estado le permitieron ubicarse como la tercera fuerza electoral, desplazando así al PAN a una cuarta posición.
De hecho, el partido de Andrés Manuel López Obrador jugó a ganar solamente en tres distritos: Tlacolula, Teotitlán y Santa Lucía del Camino. La ausencia del caudillo en la campaña de López Lena, el escaso apoyo que el candidato encontró en las bases de MORENA y una campaña de baja intensidad fueron factores, al parecer decisivos, para su derrota.
Cuarto. Con un liderazgo estatal disminuido y alejado de sus bases, fuertes conflictos internos y una pobre estructura territorial, los resultados para el PAN pudieron ser más desastrosos al pasar de segunda a cuarto fuerza electoral y reducir su votación global de 169 a 90 mil.
De once distritos en donde compitieron, solamente en cinco fueron competitivos entre los que destacaron Miahuatlán, Santa Lucía y Tlacolula. Con esos pobres resultados, y de cara a las elecciones locales del 2016, parecería inevitable que a corto plazo el panismo oaxaqueño reestructura sus mandos centrales y regionales.
Quinto. Como suele ocurrir después de todo proceso electoral, el de ahora no puede ser la excepción y por lo tanto los partidos políticos deben someter al INE, en su estructura nacional, local y distrital, a una rigurosa evaluación sobre el desempeño de sus consejeros y funcionarios electorales. Las condiciones anormales que rodearon la elección en Oaxaca (provocación y violencia del magisterio, destrucción de papelería electoral, la más baja instalación de casillas a nivel nacional, incendio de sedes distritales, reubicación de casillas sin que los electores se enteraran de tales disposiciones, presencia avasallante de la policía federal y el ejército y sospechas de complicidad entre algunos consejeros y funcionarios del INE con candidatos y candidatas del PRI, etc) obligan a un ejercicio de esta naturaleza.
Si en el Consejo General una camarilla de consejeros electorales fueron omisos y complacientes con las tropelías del PVEM, a nivel del consejo local y algunos consejos distritales de Oaxaca se enviaron señales que también pretendieron favorecer a las y los candidatos de un solo partido, en este caso del PRI.
Sexto. A partir de los resultados de esta elección es claro que el partido que tiene todo por delante para liderear un proyecto aliancista de cara a las elecciones locales del 2016 es el PRD. De hecho ya su presidente, Carol Antonio Altamirano, ha convocado todos los partidos políticos a establecer los primeros acuerdos para construir una gran alianza en contra del PRI. Sin embargo en esa ruta no debe perderse de vista que es ineludible hacer un balance de las fortalezas y debilidades del gobierno de Gabino Cué, de sus logros y desaciertos y, por supuesto, de las coincidencias que pudieran unificar al mayor número de expresiones partidistas nacionales y locales para diseñar una plataforma electoral y programa de gobierno que recupere la asignatura pendiente del gabinismo: la transición democrática.