La posverdad judicial
**Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.Víctor Hugo (1802-1885) Novelista francés**
Juchitán, Oax. 14 de febrero de 2010 (Quadratín).- La personalidad narcisista de Mariano Santana López Santiago, presidente municipal de Juchitán de Zaragoza, hizo desperdiciar su oportunidad de responder convenientemente a la confianza y expectativas que muchos juchitecos le prodigaron.
Este presidente, convencido, sin ningún fundamento, de su valer, y aunado al poder político conseguido, potencia a diario su ego, que actúa perversamente en cada ocasión, dañando a los ciudadanos y a su municipio.
Su despotismo proviene de su engreimiento; su demagogia y corrupción derivan de su desmedida ambición de poder y dinero.
¿Cómo pudo caber tanta soberbia y perversidad en un cuerpo minúsculo?
Así, con todo cinismo promete y no cumple; maneja los recursos a su capricho y habla en los medios de transparencia; se apodera de la dirección del cuerpo de policías para reprimir a sus contrarios y entregárselo a la delincuencia organizada; impone y contrata obras sin consultar con nadie para reducir costos y embolsarse el restante presupuestado; compra voluntades de regidores y periodistas, pero explota con salario inhumano a los trabajadores del ayuntamiento; controla con entregas mensuales de dinero al periódico Sur y niega recursos a la Casa de la Cultura de Juchitán; recibe del gobierno federal y estatal materiales de construcción y despensas para compensar desgracias y los embodega en su rancho o casas para ganar adeptos.
Su desvergüenza en el mentir y hacer es espantosa, que hoy la demagogia, la corrupción y el abuso de poder son prácticas normales de gobierno en un Juchitán antes porfiado y atento en cuestiones políticas, pero que hoy, presa de la necesidad, se doblega ante la limosna o desatiende lo político por el trabajo y la familia.
Mariano Santana López Santiago, empachado de poder y dinero, y respaldado por su no menos falaz mentor URO, no le importan los males que provoca, disfruta de las desgracias y revira, cada vez más violentamente, sobre los inconformes con su gobierno.
Cheguigo poniente de Juchitán sufre hoy las consecuencias de su política, un profesor muerto por su necedad de construir una obra sin consenso de los beneficiados. Las obras se construyen por necesidad y a petición de los ciudadanos, y no por capricho de alguien por más presidente que sea. Sin embargo, dice el gobernante caprichudo que la obra se realizará, y acusa a los vecinos de Cheguigo de haber asesinado a balazos a su operador político, cuando él mismo sabe que fue atropellado por un vehículo del ayuntamiento.
Con la administración del lunático Héctor Matus, creímos haber visto cómo es un mal gobierno, sin embargo, el ejercicio de Mariano Santana rebasa por mucho aquella administración y pasará a la historia de Juchitán como la peor de todas las anteriores. Ojalá que nunca se repita esta forma aberrante de gobernar, Juchitán no la merece.
Con todo esto, el señor quiere ser candidato a gobernador, desde luego que lanza su candidatura para negociar y garantizar un puesto en el próximo gobierno estatal a fin de cubrir sus atropellos y robos, y protegerse de la próxima administración de justicia. Engreído y perverso el hombre, pero nada tonto. Falta que los ciudadanos lo sigan favoreciendo.
Guidxiguie quichi, Lulá, beeu biropa, iza 2010