Proteger al mensajero
OAXACA, Oax. 21 de octubre de 2024.- En la semana no descansamos de hechos que atraen la atención colectiva y que hasta con cierto morbo son revisadas por el público, así me lo hacen saber distintos comentarios recibidos de variadas personalidades.
Resulta que la sentencia dictada a Genaro García Luna en Estados Unidos generó al menos dos expresiones recurrentes, “merecía más, incluso lo condenaran a la muerte” y por otro lado “la sentencia permitirá que empiece su proceso de negociación para ser testigo protegido y salir mucho antes”; ambos comentarios reúnen el sentido de lo que la gran parte de la sociedad mexicana mantiene ya como un fuerte principio social, el odio. El odio como base de la participación electoral.
Los desplantes de gobernantes a los mandatos judiciales son igual, idénticamente igual a las recomendaciones que la dirigente formal del partido Morena lanza a sus militantes, diciéndoles que gobiernen con austeridad, que no mientan y que sean honestos, siguiendo los mandatos del partido, pero en los hechos, el caso del diputado local morenista en Coahuila Antonio Flores quien ostenta lucir sus autos, nada tendría de especial ese lucimiento, al final de cuentas si su economía personal le permite detentar esa colección de autos no es nada relevante, pero lo que ya trastoca y agravia es que sus alcances económicos van acompañados por el dicho de su hermana, quien también tiene una vida electoral activa en el partido morena, quién en redes sociales afirmó “ya no tarda en salir en denuncia ciudadana, ciberpulgas, etc… Ardidos 1, 2, 3.” habiendo hecho publica una fotografía de su hermano conduciendo un auto color guinda de una marca que en México circulan alrededor de 350. En cuyo sentido también esa publicación denota desprecio, impunidad y no hace caso a la retórica del partido que dice qué “primero los pobres” con sus dichos de austeridad, menos muestra humanismo que a resumidas cuentas es, odio.
Aquí en Oaxaca la desaparición, secuestro o lo que resulte de la defensora de los derechos humanos y activista Sandra Estefana Domínguez Martínez, en sus líneas de investigación oficiales la más dejada de lado es aquella que tiene que ver con sus trabajos acerca de descubrir y evidenciar una red de pornografía que involucra a funcionarios y políticos oaxaqueños del actual gobierno en Oaxaca.
Sandra desapareció desde el pasado 4 de octubre y al momento, nada pasa ni nada ocurre en Oaxaca que en pleno otoño ilumina su primavera con la luna de octubre. Desde este modesto espacio, yo exijo no sólo la presentación con vida de Sandra y su compañero. Es necesario que el propio gobierno del Estado deje de actuar con las principales características de sus personas que es el odio, el rencor, la impunidad, la incapacidad y la complicidad.
Mientras esto redactaba, nos llegó la triste noticia del artero homicidio del Padre Marcelo en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Destacado por su labor pastoral para una iglesia viva y solidaria con la humanidad, querido por su feligresía y actor fundamental por la paz. Fue asesinado y su vida exige justicia en un país que el gobierno tira al cesto de la basura histórica. Síntoma, los homicidios, de impunidad generada por odio. Sólo podemos decir por ese crimen de odio “Marcelo ¡Presente! Marcelo ¡Presente! Marcelo ¡Presente!