Honrar su memoria
Dr. J.B. Mauricio Alcocer Ruthling, Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
Hace 45 años supe que la actividad humana podría modificar la química de nuestra atmósfera y, por ende, la temperatura de todo el planeta. Los primeros estudios que se hicieron sobre la modificación de la química de nuestra atmósfera pronosticaban cambios importantes en varias partes de nuestro planeta; una pérdida significativa del hielo de los glaciares de todo el mundo, una elevación del nivel del mar y eventos más extremos en el clima. Leer esto hacía parecer que estuviera leyendo una novel de ciencia ficción. Desafortunadamente, los pronósticos de hace 45 años se están haciendo realidad y, en muchos casos, los cambios globales de los últimos tres años han superado por mucho lo pronosticado para estas fechas.
El cambio climático es un fenómeno directamente relacionado con la energía, específicamente, la energía que se acumula en la atmósfera por la presencia de gases de efecto invernadero, energía térmica que vamos aumentando, resultado del uso de energía para todas nuestras actividades diarias y de los bienes y servicios que utilizamos, todo producto de la quema de combustibles fósiles. Por lo tanto, si nos hemos de preguntar el por qué de este problema, su explicación está fundamentada en la ciencia. Específicamente, es la física que nos explica que ciertos gases que se encuentran en la atmósfera tienen la capacidad de absorber el calor que emite la tierra después da haber sido calentada por el sol. Por lógica, el aumento de temperatura que estamos experimentando ahora, es resultado de aumentar la concentración de estos gases en la atmósfera.
La interacción de la física y la química en la atmósfera se conoce desde hace 200 años, cuando Joseph Fourier descubrió que, gracias a sus propiedades físicas y químicas, nuestra atmósfera le proporciona a nuestro planeta un efecto invernadero natural, resultando en una temperatura ideal para la vida. Sin el efecto invernadero, toda el agua de nuestro planeta se congelaría. Más adelante, en 1896, el científico sueco Svante Arrhenius predijo que, si la actividad humana seguía aumentando los niveles de Dióxido de Carbono (CO2) en la atmósfera, habría un calentamiento de todo el planeta. La ciencia del cambio climático no es nueva, tampoco el conocimiento de la relación de la actividad humana con el aumento en temperatura de nuestro planeta.
Gracias a los estudios que se han hecho sobre la composición química de nuestra atmósfera del pasado, ahora sabemos que el CO2 actúa como una perilla de control de la temperatura de nuestro planeta, similar a las perillas de la estufa que regulan la cantidad de gas para aumentar o disminuir el calor. Importantes fluctuaciones en el CO2 de la atmósfera llevaron al planeta a las distintas eras glaciales del pasado. Gracias a la ciencia sabemos que el CO2 ha fluctuado en los últimos 800 mil años, alrededor de un 30%. Sin embargo, la actividad humana de los últimos 200 años, ha causado un aumento del 60% de CO2 en la atmósfera, aumento que el planeta no ha experimentado desde la aparición del hombre sobre la tierra. Desde el inicio de la Revolución Industrial, llevamos más de 200 años aumentando la concentración de CO2 en la atmósfera, de los 280 ppm a los inicios de la era industrial a los 420 ppm en la actualidad.
Desafortunadamente, estas concentraciones de gases de efecto invernadero son realmente peligrosas para el planeta, afectando varios sistemas físicos y biológicos que nos están llevando a varios puntos sin retorno. Procesos que ya no se pueden detener, incluyen el derretimiento del hielo de los polos, la elevación del nivel del mar, las temperaturas extremas, la pérdida de la biodiversidad, entre otros. Desafortunadamente, no podemos apagar el cambio climático como apagamos la luz de una habitación. Hay demasiados factores que interactúan entre sí y cuando desencadenamos un proceso en el planeta, afectamos incontables otros, como fichas de un dominó, iniciando reacciones en cadena que no se pueden detener.
La complejidad de la interacción entre los distintos factores hace difícil poder predecir cuál va a ser el resultado final de las modificamos que estamos causando en nuestra atmósfera, estamos iniciando un experimento con nuestro planeta cuyas consecuencias no conocemos. Las señales de este problema las podemos encontrar en varios puntos, pérdida de hielo en todo el mundo; los Andes, el Ártico, el Antártico, los Himalayas, etc., cambios en precipitación, donde unos lugares se están quedando sin agua, afectando desde la producción de alimentos hasta la producción de electricidad, mientras que otros lugares están sufriendo inundaciones sin precedentes, también con impactos destructivos. Los cambios en temperatura están causando una desaparición de especies de flora y fauna en ámbitos marinos como en los terrestres.
Algunas ciudades están alcanzando los límites de habitabilidad por las altas temperaturas, a tal grado que la gente no puede llevar a cabo actividades al aire libre a ciertas horas del día. De hecho, muchos lugares están modificando los horarios para ciertas actividades, sobre todo para trabajos pesados a la intemperie, incluyendo cambios de horario para escuelas. El calentamiento de nuestro planeta está agravando muchos fenómenos meteorológicos como son; El Niño y La Niña, huracanes, tornados, sequías e inundaciones, además de crear las condiciones para que se presenten con mayor frecuencia e intensidad los incendios forestales.
En el 2015, el Acuerdo de París estableció que la temperatura del planeta no debería aumentar más de los 1.5 ° C, ya que rebasando ese límite estaríamos entrando en un cambio climático peligroso para la humanidad. Hace algunos años, ese aumento se veía muy lejano; sin embargo, de acuerdo con datos publicados este año por la Organización Mundial de la Meteorología (WMO, por sus siglas en in inglés), este límite los estaríamos rebasando en los próximos 5 años, llevando el cambio climático a un punto peligroso para la humanidad.
Desafortunadamente, la humanidad no está haciendo lo suficiente para revertir la crisis climática, en vez de disminuir, nuestras emisiones van en aumento, aumentando la energía térmica en la atmósfera. Ante esta situación, el mundo va a experimentar calores extremos y fenómenos meteorológicos nunca antes vistos. Tenemos que seguir disminuyendo nuestras emisiones de gases de efecto invernadero; sin embargo, ahora se vuelve indispensable llevar a cabo acciones de adaptación que ayuden a disminuir los impactos del cambio climático sobre la población. Algunas acciones deben estar enfocadas aminorar el impacto de las altas temperaturas.
Por ejemplo, bajar las temperaturas en los hogares, sobre todo de la gente de escasos recursos que no puede comprar aires acondicionados, asegurar el abasto de agua y la producción de alimentos. Existen muchas oportunidades para reducir los impactos negativos del cambio climático para la sociedad, es de primordial importancia que enfoquemos nuestros esfuerzos en conocer la trayectoria que va a seguir el cambio climático, planear para el futuro, viendo todos los posibles escenarios y hacer todo lo posible por reducir al máximo los riesgos para la humanidad.
La Creación tiene todos los elementos necesarios para que la vida se pueda desarrollar con la diversidad y complejidad que hoy conocemos. El cambio climático es una triste historia de cómo el ser humano modificó el sistema atmosférico que hizo la vida posible en nuestro planeta.
El Dr. Mauricio Alcocer Ruthling es académico, cuenta con más de 40 años de experiencia en la investigación, es experto en cambio climático y responsable técnico del Centro de Tecnología en Iluminación de la UAG.