
TCL-aranceles con narco: CSP la toma o la derrama
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de octubre de 2018.- Aunque en la Constitución somos un país federal, en algunos espacios de las políticas públicas, tendemos a ser un país cada vez más centralizado.
Por razones centrales, pero también por descuido de los propios congresos estatales, muchas facultades las han ido perdiendo, las han abandonado y a pesar de que tienen una organización de congresos locales, no han reaccionado a temas centrales para el desarrollo municipal y de las finanzas públicas en particular.
Durante mucho tiempo fue frecuente escuchar que los estados y municipios al ejercer su gasto público, no eran fiscalizados, sin embargo, claro que sí, por los órganos de fiscalización de los congresos locales.
Por lo anterior me resulta interesante la difusión en el mes de agosto de este año, del Informe Legislativo 2018 del IMCO.
Quienes hemos vivido en alguna entidad federativa, sabemos del potencial que puede tener y debe, el desempeño de los congresos locales, el cual muchas veces está lejos de que lo alcancen, con honrosas y respetadas excepciones.
Desgraciadamente también han sido espacios de opacidad y de desatención de los temas fundamentales del trabajo legislativo, y se han dedicado a ejercer recursos en “gestión social”, que como señala el IMCO, “representan el 14 por ciento del gasto de las legislaturas locales.
Es decir, los diputados de 25 congresos locales ejercieron 1 915 millones de pesos en 2017 en tareas ajenas a atribuciones parlamentarias”.
Para fortalecer el federalismo es necesario fortalecer a los congresos locales, hay temas que muestran la necesidad de homologar, las practicas, reglamentos interiores de los congresos locales, así como la legislación estatal, armonizándola con la federal.
Por ejemplo, el número de comisiones: en algunos estados hay muchas ordinarias que sobrepasan lo razonable, en algún estado es de 42 comisiones y en otro son 24, pocas de ellas tienen que ver con la realidad del estado; en Coahuila sería razonable una comisión del desierto, pero en Guerrero, no.
Por ello, la reconstrucción del federalismo requiere de un gran esfuerzo local y federal, que mantenga homogeneidad en el p0der legislativo local.
Por otro lado, está el tema de los catálogos de cuentas a nivel local y estatal, que ha legislado cada congreso local, diferentes a los federales, a pesar del gran esfuerzo en materia de armonización contable. Esto se vigila desde la ASF.
Ya mencionaba lo referente al concepto de gestión social o a favor de terceros, recursos que son administrados y ejercidos directamente por los diputados, que son destinados a grupos sociales, con una alta dosis de interés político. Pero se ejercen sin diagnóstico, planeación, registro de beneficiarios, en suma, con alto grado de discrecionalidad y opacidad, lo que introduce dudas entre los ciudadanos de su correcto uso.
El tema de transparencia debe ser la punta de lanza para la evaluación del desempeño legislativo. Lo anterior al margen de que sería importante que los propios órganos técnicos de fiscalización revisasen la veracidad de la información.
Si en los gobiernos estatales y más en los municipales carecen de una administración publica moderna es evidente, destacar la necesidad de que se trabaje en temas como el impulso al servicio profesional de carrera en los congresos locales y la creación de centros de estudios, entre otros aspectos.
Otro tema es de la homologación legislativa, esto es de sus leyes, reglamentos y normas, como lo que ya se ha hecho algunos estados, respecto a la legislación ambiental.
Por ello en la ASF se ha creado una Unidad de Homologación Legislativa, con la que se busca tener una incidencia eminentemente técnica en el impulso y participación en la homologación de la legislación de las entidades federativas y municipios que se relacione con la fiscalización, rendición de cuentas y transparencia. [email protected]