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Con Trump: no es campañita; entre la CIA y Boinas Verdes
Genio y figura
“Es de sabios cambiar de opinión” o, al menos, eso afirma el dicho, uno que no aplica a los personajes a los que me voy a referir en esta entrega, porque se les puede tildar de gandallas, vendidos, comodinos y muchas cosas más; pero no de sabios, no en el mejor de los sentidos. Me refiero a aquellos que, luego de criticar hasta el cansancio al actual régimen cuatroteísta, ahora parecen haber tenido una epifanía y se dieron cuenta que López Obrador y sus seguidores sí tenían la verdad absoluta y los equivocados eran ellos, por lo que ahora esperan que de los arrepentidos sea el reino de Morena.
Comenzaré con el más reciente caso, quizás el más polémico, porque, a diferencia de cuando el líder mesiánico mandaba desde Palacio Nacional, y no desde su rancho de Palenque, la afiliación del otrora panista Miguel Ángel Yunes Márquez no fue bien recibida con agrado de forma unánime, ya que Rocío Nahle, hoy gobernadora de Veracruz, pidió, a través de sus redes sociales, a la Comisión de Honestidad y Justicia de su partido que no acrediten la membresía como integrante de Morena a Yunes Márquez, por no representar, ni contar con los postulados del Movimiento de Regeneración.
A este reclamo se sumó el actual gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, quien, ya de paso, también pidió que se rechace la afiliación de Alejandro Murat, su antecesor en el cargo, a las filas morenistas, al asegurar que representa lo contrario a los principios del partido en el poder.
En el caso de estos dos senadores que se suman a la bancada morenista, no sé si se han puesto a pensar los gobernantes de Veracruz y Oaxaca en que, contrario a lo que aseguran, la mayoría de los dirigentes de su partido vienen también de otros institutos políticos a los que tanto aborrecen, sobre todo del PRI, incluyendo al propio Andrés Manuel López Obrador.
En este punto no me alcanzaría el espacio para mencionar a todos los ex priístas que se pintaron de guinda, pero tan sólo en el caso de los gobernadores están David Monreal, de Zacatecas; Layda Sánsores, de Campeche; Miguel Ángel Navarro, de Nayarit; Alfonso Durazo, de Sonora; Lorena Cuéllar, de Tlaxcala; Julio Menchaca, de Hidalgo y Américo Villarreal, de Tamaulipas.
Otros más como el caso del yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, optó por sumarse a las filas del Partido Verde Ecologísta, para tratar de “taparle el ojo al macho”, porque se sabe que este partido al igual que el PT, que son rémoras de la política, por no decir ladillas, que viven del que mejor pague sus favores.
También están los ex gobernadores que, tras dejar el poder, al que llegaron por otros partidos diferentes a Morena, se ganaron unas vacaciones con todo pagado a la embajada o consulado de su preferencia, como por ejemplo Claudia Pavlovich, de Sonora a Barcelona; Carlos Aysa, de Campeche a República Dominicana; Carlos Joaquín González, de Quintana Roo a Canadá; Omar Fayad, de Hidalgo a Noruega y Quirino Ordaz Coppel, de Sinaloa a España. Por cierto que, como dato curioso, que no le sorprende a nadie, en todas estas entidades que gobernaban ganó la aplanadora morenista.
Existen algunos otros que decidieron todo lo contrario, es decir, dejar a Morena para irse a otros partidos, por decirse decepcionados de López Obrador, quien tan pronto llegó al poder traicionó sus propios ideales, lo que hizo que renunciarán a su cargo Germán Martínez al frente del IMSS o Carlos Urzúa en la Secretaría de Hacienda.
Lo mismo pasó con la legisladora Lili Téllez, ahora de Acción Nacional, pero que incursionó en la política, tras una exitosa carrera como periodista, a invitación del propio AMLO y que terminó convirtiéndose en su némesis, a grado tal que el ex presidente nunca se atrevió a estar en el mismo sitio que ella, argumentando que podría faltarle al respeto a su investidura presidencial, algo de lo que él mismo se encargó por todo un sexenio.
Antes de concluir, retomo el caso del jarocho Yunes Márquez, porque no es cosa menor que gracias a su voto se logró la mayoría absoluta para Morena en el poder legislativo, lo que lo coloca en un infame sitio en la historia de nuestro país, junto con personajes de la talla de Victoriano Huerta o Luis Echeverría, un hecho que no puede pasar desapercibido para quien controla el partido, por eso seguramente seguirá disfrutando de las mieles del poder, porque en política las traiciones son el pan de cada día, aunque para la mayoría de la población cada día haya menos pan.