Expulsión de Santos impulsa vuelo alto de América
Muy pocos deportistas han alcanzado el nivel de ídolo como lo porta Fernando Valenzuela. En días recientes recibió una distinción más en su carrera al ser retirado su emblemático número 34 de los Dodgers de Los Ángeles, lo cual quiere decir que ningún jugador del club lo podrá llevar en el futuro.
Muchos elementos construyen el mito del también conocido como “Toro”, pitcher que militó en diversos equipos de México hasta llegar a la gran carpa donde generó todo un movimiento en California, y es que justo los Dodgers en ese momento requerían una figura latina que conjuntara elementos positivos y trascendiera con su público.
Y qué mejor que la figura poco atlética de un pelotero mexicano que venía de una familia de escasos recursos logrando identificarse con millones de migrantes que lo empezaron a hacer un símbolo, porque esa figura regordeta lanzaba a una velocidad de bastante respeto dejando fuera a los grandes bateadores de la época.
Los llenos en el estadio de los Dodgers estaban garantizados cuando Fernando Valenzuela se paraba en el montículo, su cabello largo imponía moda, su jersey era el más vendido, sus triunfos empezaron a darle el respaldo que requería para no sólo ser una historia en pasado sino una perla en bruto que puliría su camino al campeonato.
Ya el 6 de julio de 2019 la Liga Mexicana de Béisbol había retirado el inmortal número 34 del nacido el 1 de noviembre de 1960 en Etchohuaquila, Sonora, quien consiguiera ser campeón de la Serie Mundial con Los Dodgers donde jugó 11 temporadas registrando 141 triunfos, 1,759 ponches, seis participaciones en Juego de Estrellas y un juego sin hit ni carrera en 1990.
No es poca cosa cuando se menciona la Fernandomanía que se desató con Valenzuela en esos años, ni tampoco los números que registró a lo largo de su carrera, pero sobre todo único en su tipo por su carisma y forma de ser para considerarlo un ídolo, de esos en peligro de extinción, de la pasta con la que se forjan las grandes historias, un deportista fuera de serie que unía el latir de los corazones cuando se subía a la lomita de cualquier parque de pelota.
Quizá tengamos que sumar un detalle, en esa época se le seguía la pista a Valenzuela por la radio o en la televisión los fines de semana, o bien en los diarios deportivos del día siguiente para saber el resultado de su trabajo. El “Toro” llegó tarde a la era digital y eso le da otro toque de romanticismo, lo hace perdurable.
A cambio de no estar en Facebook, Twitter, TikTok o Instagram (que parece ahora sí lo está), Fernando Valenzuela se encuentra en muchas de las tarjetas coleccionables, en la memoria del mejor béisbol del mundo, y ahora también, en el calendario, al ser el 11 de agosto para la posteridad el día de Fernando Valenzuela. Un día que nos recuerda que por algo el béisbol es el Rey de los Deportes.
@rvargaspasaye
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