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Crece la guerra tecnológica por el dominio de la Inteligencia Artificial
OAXACA, Oax., 3 de julio de 2018.- Hace seis años, ante la victoria de Enrique Peña Nieto, escribimos que se requería de un opositor real y leal consigo mismo como el en ese momento derrotado Andrés Manuel López Obrador. Como politólogo, político y por la experiencia de sus dos primeras campañas supo AMLO asumir esa labor, con una disciplina envidiable, sabedor que la realidad del sexenio terminaría por beneficiarlo como a nadie y desde muy temprano, retomó su “operación de tierra” visitando nuevamente casi todos los municipios del país, añadiéndole en esta nueva ocasión su “operación de aire”, las “benditas redes sociales” como bien las calificó él mismo.
Sumó el tabasqueño a todos los que pudo guiado por su ideología cristiana, aconsejado por las parábolas de los “regresos de los hijos pródigos” pasando a aquello de “que los jóvenes vengan a mi” y hasta el perdón de pecadores y pecadoras, concientizando hasta a los que querían “lanzar las primeras piedras”, temas sólo para entendedores de libros sagrados, a los que pertenece La Política. Entendió que había que sumar a todas aquellas expresiones de la población, desde políticos, grillos, arribistas, solovinos, buenos, malos arrepentidos, deportistas, actores, actrices, mineros, empresarios, rojos, azules, amarillos, tricolores, poetas, intelectuales y un largo etcétera, donde resaltaron, sí, las mujeres.
El ex Jefe de Gobierno del otrora Distrito Federal (DF) impuso la agenda, las propuestas y hasta las polémicas. Ganó la discusión en las redes sociales no el llamado “joven maravilla” ni el más tecnócrata, sino el más avanzado en años, el autodenominado Peje; irónicamente recorrió también más kilómetros que sus contrincantes para lograr, al menos hoy y quizás los próximos seis años, que “Todo México fuera territorio AMLO.”
Andrés Manuel y su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) arrasó en la elección de este 1 de julio en México, es más, arrasó también hasta a sus propios aliados como el PES (Partido Encuentro Social) quién seguramente perderá su registro -al menos por un trienio-, por no lograr el 3% de la votación al marcar sus votantes por Morena en el momento crucial del encierro en la urna. Aun así tendrá el PES medio centenar de diputados federales y hasta senadores de la República. El Partido del Trabajo (PT) también andará por esos números, aunque sin el pendiente del tema de su registro nacional.
AMLO hizo debutar a su partido y lo llevó al triunfo contundente, para aquellos no creyentes de su fe y que pedían reformas para una segunda vuelta queda claro que no habría necesidad ya que logró el 50% más 4 de los sufragios, más de 25 millones de votos, con los que ganó en 31 entidades federativas con excepción de Guanajuato, logrando la victoria en más del 80% de los distritos electorales del país, haciendo que su Partido tenga mayoría en el Congreso de la Unión (cámaras de diputados y senadores, donde si quisiera podría reinstaurar hasta aquella añeja figura de la Gran Comisión), sobrepasando la mayoría de congresos locales requeridos para reformas constitucionales (17). Hizo que Morena ganara –de las 9 en disputa- 3 gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, incluyendo a la gran mayoría de sus alcaldías.
A diferencia del ganador de hace 6 años, AMLO no tendrá una oposición real -al menos en su primer tramo-, el bono democrático se lo ha dado la ciudadanía mexicana sin duda alguna y su único contrincante será la gigantasia de las expectativas en él fincadas para resolver todo aquello que lo hizo ganar, y en tiempo récord, a saber, la carestía, la gasolina, el diesel, el gas; la inseguridad, la corrupción, la impunidad, el desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades y un largo etcétera de magnitudes cuasibíblicas.
Otros contrapesos podrán ser los otros poderes, que ya no son los tres tradicionales, sino que en este nuevo tiempo mexicano los son innumerables, desde los órganos autónomos constitucionales de Estado, pasando por los que aglutinan a los llamados grupos de presión institucionales o no, hasta figuras como, por ejemplo, la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) que son muestras de la pluralidad de fuerzas en el país, por citar sólo algunos.
La otra gran noticia en México es también que nuestra democracia ha madurado así como buen número de sus actores, la alternancia es ya connatural a nuestro sistema. Y todo ello debe celebrarse porque debe ser por el bien de todos.
P.D. En lo que respecta al estado de Oaxaca, el Presidente Electo de México ha señalado sobremanera su admiración por la entidad, por sus pueblos originarios, sus héroes locales que lo son nacionales (guía es Benito Juárez de su ideario), por sus ventajas comparativas y quizá sea el territorio que más ha recorrido, signando un compromiso por su desarrollo, por la erradicación de la pobreza, comprometiendo que instalará en esta entidad la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) para desde aquí atenderla a la par que a la nación entera, así como terminarle sus carreteras a la Costa y al Istmo. Las y los oaxaqueños le dieron también mayoritariamente su confianza, otorgándole el récord del millón de votos que parecía mítico, le entregaron su Congreso Local, a sus diputados federales (de los cuales 2 -Benjamín Robles y Azael Santiago- rebasaron los 100 mil votos cada uno); también le confirieron gran parte de sus concejales de la capital del estado, las capitales regionales y microregionales, así como a sus dos senadores de mayoría (Susana Harp y Salomón Jara) a quienes concedieron 900 mil votos para que, sumado el senador de minoría (Raúl Bolaños Cacho y sus bien logrados 360 mil votos), hagan sinergia con el gobernador del estado Alejandro Murat para llevar a Oaxaca, juntos todos y de la mano del pueblo trabajador, a mejores estadios de bienestar, propios del nuevo milenio. A todas y todos conviene.