El pleito eterno: política vs brevedad
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de julio de 2020.- No es claro aún quién ganará la carrera contrarreloj en la pandemia. Lo único claro es que al concluir México estará en el podio. Como una carreta en el hipódromo, las posiciones de los corredores han ido moviéndose aceleradamente.
China inició en primer lugar, pero se rezago hasta el sitio 26 y se encuentra en plena reactivación económica. Se calcula que terminará el año con un crecimiento de alrededor del 3.5% del PIB, una desgracia para un país que se mueve en rangos del 7 al 9%, pero que es uno los pocos que logrará alcanzar números negros. Su saldo será de menos de 5 mil muertos, y eso con una población de mil 393 millones de habitantes es muy respetable. Las razones para estos hechos son múltiples, claro.
En nuestra contra podemos señalar pobreza, desnutrición, ignorancia y desigualdad, pero la efectividad o el fracaso de las políticas públicas tiene que ver también con la responsabilidad de sus gobernantes.
Cuando terminó la emergencia en China, y luego en Asia, ya era alarmante en Europa, donde los saldos en número de muertes son dispares, pero en donde sobresale Inglaterra, donde el número de contagios pegó más fuerte debido al empecinamiento del primer ministro Boris Johnson en menospreciar el daño potencial del virus. Hoy Inglaterra ocupa el noveno lugar mundial en la estadística, pero esta semana México se ubicó ya en sexto lugar, a un paso de desplazar a los sudafricanos. Y va con paso fuerte, así que no es descabellado pensar que en unos días escale un nuevo puesto.
En número de muertos, sin embargo, las estadísticas muestran otra realidad. Y ahí sí nuestro país va por su resto. El podio está ocupado por Estados Unidos, Brasil e Inglaterra. Pero México está a punto de desplazar a los ingleses para ocupar el tercer puesto, lo que seguro ocurrirá en el curso de esta semana. La diferencia es de apenas 3,117 decesos. Cuando eso ocurra, México escalará al podio, con una pandemia incontrolada en el número de contagios y compartiendo el sitio de honor con Estados Unidos y Brasil.
¿Qué es lo que caracteriza a estas naciones, las que registran más contagios y más muertes? Varias cosas, como dije antes, pero sobre todas ellas gobernantes omisos e ignorantes, caracterizados por políticas populistas y negacionistas, es decir del mismo grupo que siguen asegurando que pese a todas las evidencias la tierra es plana, o que se puede combatir la pandemia con cloro o estampitas religiosas.
Trump, sin embargo, parece haber reculado y ya declaró que usar tapabocas es un acto patriótico, pero esto sólo después de que su país se acercara peligrosamente a los 150 mil muertos. Para Bolsonaro, con más de 85 mil y recluido luego de haberse contagiado, como le ocurrió a Boris Johnson, todavía no son suficientes para tomarse en serio la emergencia y adoptar, al menos, el cubrebocas obligatorio.
Nuestro caso es particularmente lamentable pues no se ve que a alguien en el gobierno siquiera le importe el número de muertos en ascenso, y se dedica ahora a echar culpas a la coca-cola y los doritos, a la mala alimentación, a las enfermedades crónico-degenerativas y a un largo etcétera. Todos son culpables, menos ellos. La pregunta es ¿cuántos muertos son necesarios en México para que las autoridades se lo tomen en serio? A no ser que así cumplan cabalmente con su lema favorito, sí, ese de Primero los pobres. Y ahí sí que acertarían, porque la enorme mayoría de los decesos ocurren entre los más pobres. Me recuerda el otro lema de otro de sus epígonos, ese que decía ¡Arriba y Adelante!