Hugo Páez | Ineludible debate cara a cara AMLO-Calderón

CIUDAD DE MÉXICO, 11 de agosto de 2020.- Es ineludible un debate cara a cara entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa. Las acusaciones y agravios infringidos por el primero en las conferencias de Palacio Nacional, 236 menciones en las mañaneras, merecen la claridad de las pruebas que amerita cualquier acusación.

Si no las tiene hay que decirlo frente a frente a su acusado, no ocultarse en la cobardía. No merece eso la investidura presidencial, ni el país la persecución política.

Calderón se dice constantemente difamado y pone su cabeza, sin consulta pública mediante, como requisita Andrés Manuel, para rendir cuentas de las que es llevado a la pira, un día sí y otro también, en la inquisitoria mañanera.

Por eso habrá de probar el acusador -en quien está la carga de la prueba y las filtraciones de la Fiscalía de Alejandro Gertz Manero- que Felipe protegió a cárteles de la droga y tiene alguna responsabilidad jurídica en el caso Odebrecht, o complicidades criminales con el ex Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

La respuesta del segundo presidente emanado del PAN es contundente, llama déspota a López Obrador, revanchista, mentiroso y simulador cruzado del cacareado combate a la corrupción, cuando este es el sexenio de los contratos por adjudicación directa.

“Yo no saludé a la mamá del Chapo (Joaquín Guzmán Loera), ni dejé libre a su hijo (Ovidio Guzmán López)”, respondió Felipe en entrevistas para Grupo Fórmula.

El ex presidente habló largo del desastre económico, de la desconfianza de inversionistas, de la ineptitud en salud al contabilizar más de 150 mil muertos reales en la pandemia del coronavirus, no los 52 mil que dicen las cifras oficiales.

“En el fondo quieren debilitarme, detener a México Libre para frenarlo antes de las elecciones del 2021, no lo van a lograr, nos hacen los mandados. El objetivo es quitarle a  Morena la mayoría en el Congreso”, señaló el ex presidente.

Indudablemente Felipe de Jesús es un objetivo claro en Palacio, lo ha nombrado 236 veces en sus conferencias, solamente Benito Juárez le gana por 11 menciones más, según datos de Luis Estrada, doctor en Ciencias Políticas y coordinador del Diplomado Análisis Político del ITAM. Ningún otro prócer de la patria en los históricos evangelios mañaneros es más mencionado por AMLO que Calderón Hinojosa.

Ayer por la mañana el presidente señaló: “Los casos de corrupción como el de García Luna son evidencia de que en México sí hubo «narcoestado» porque estaba “tomado” el Gobierno y los responsables de la seguridad pública estaban al servicio de la delincuencia”.

Es de nuevo una acusación directa que debe investigarse sin necesidad de una consulta ciudadana. El presidente juró cumplir y hacer cumplir la Constitución al tomar posesión, y las leyes que de ella emanen, así que es su deber demostrarlo.

Pero todos sabemos que no va a demostrar nada, que se trata de una estrategia inquisitorial para aplastar a sus adversarios y tender una cortina de humo, además de desviar reflectores de los enormes problemas que se acumulan, con récords rotos mes a mes por el crimen organizado y la dominancia de los cárteles en Sinaloa, Jalisco, Tamaulipas, Guanajuato, Michoacán, etcétera.

Felipe no calló, y de inmediato Jesús Ramírez Cuevas soltó los bots en redes sociales para operar una vulgar golpiza de cuarta contra el ex presidente.

Eso es lo de menos, en el recuento, Andrés Manuel creció a Calderón Hinojosa, a Margarita Zavala Gómez del Campo y a su organización México Libre, en vías de convertirse en partido.

Pero nada mejor para medir capacidades, valores e intelecto, que un debate frente a frente. Estamos esperando la invitación, presidente.